Por Francisco Tijerina Elguezabal
“Tener dinero no es sinónimo de clase”
Yomero
Te puede gustar o no la forma de gobernar de AMLO y Morena; de sus “corcholatas” puedes tener alguna preferencia o bien te puede gustar más alguien de la oposición, vivimos en un país de libertades; puedes, utilizando la libertad de expresión, externar en comentarios, grupos o demás tus puntos de vista, pero de eso a insultar hay mucha diferencia.
Claudia Sheinbaum está ejerciendo el derecho que tiene todo mexicano de ser votado; el tiempo y sus circunstancias la han ubicado en esta posibilidad, de manera que no hay nada qué reclamarle.
El penoso episodio vivido la noche del martes en el restaurant Cometa de San Pedro, en donde un barbaján agredió verbalmente a Claudia Sheinbaum cuando se retiraba del lugar, ubica a algunos regiomontanos como chafas, corrientes, vulgares y poco hombres.
Sí, Sheinbaum está en la escena política por su gusto y vocación, pero ello no le da ningún derecho a cualquier estúpido de faltarle al respeto a una dama y menos cuando “el numerito” fue hecho con premeditación, porque desde que se levantó la aspirante a la candidatura de Morena de su mesa la estaban grabando con un celular de manera evidente, por lo que su respuesta fue despedirse de manera educada, recibiendo a cambio un montón de insultos.
Es normal no compartir una ideología o una forma de gobernar, pero no se puede externar una inconformidad de esta manera vil y cobarde, porque el “chistocito” actuó así porque era un grupo de mujeres y porque él estaba acompañado de hombres.
La educación y la clase no se compran con dinero ni sentándote en una mesa de un restaurant “finolis”. Hoy, como muchos otros, siento pena ajena por la actitud de un peladito que para sentirse “muy macho” se puso a gritarle tonterías a una mujer.
¡Que vergüenza!
