Por José Jaime Ruiz
Traidores a Nuevo León y a México, el ex presidente Vicente Fox y el ex gobernador Fernando Canales Clariond piden al gobernador Samuel Alejandro García Sepúlveda que apoye al Frente Amplio, es decir, a Xóchitl Gálvez, es decir, que vaya contra Movimiento Ciudadano, es decir, que apoye a Francisco Cienfuegos (Alejandro Alito Moreno) y a Zeferino Salgado (Marko Cortés). Fox y Canales piden lo imposible, esto es, que el gobernador apoye a quienes quieren quebrar la gobernanza de Nuevo León.
En el 2000 una esperanza surgió en México: echar a patadas al PRI de Los Pinos. Vicente Fox no sólo traicionó esa esperanza, traicionó la democracia porque la alternancia fue PAN con lo mismo… o con lo peor, con el PRIAN que, en el 2006, realizó el gran fraude contra Andrés Manuel López Obrador y enterraron la democracia al imponer a Felipe Calderón en la Presidencia de la República, “haiga sido como haiga sido”.
En Nuevo León, el primer gobernador panista, Canales Clariond, traicionó a los nuevoleoneses al dejar tirada la gubernatura e irse al gabinete foxiano. Fernando prefirió sus intereses particulares, en un futurismo hacia Los Pinos, que gobernar la entidad. Su calidad moral para criticar a Samuel Alejandro sigue en entredicho pero, obvio, Canales Clariond es el que no lo entiende. Ahora resulta que los agravios del pasado ya están superados y el PRI y el PAN buscan la “unidad” por un México mejor. La dignidad de los panistas históricos, como la de Fernando, terminó en un amasiato con sus adversarios priistas, acariciándolos impúdicamente, no entiende o no quiere entender, como dicen los gringos, que la política hace extraños compañeros de cama.
Procaz en su boomerang, Fox sigue siendo un personaje ridículo e inculto. En la historia del presidencialismo de México, no encuentro a un titular del Ejecutivo más tarugo que él. Inmorales, Fernando y Vicente. Y ahí anda Alejandro Junco, el dueño de El Norte, aplaudiendo los amoríos, el encamamiento para sugerir, insulsamente, que la coalición del patrón de los tres personajes, Claudio X. González, diseñó la coalición para la elección de Presidente de la República y no para las elecciones estatales. Repito de nuevo a los gringos que sí entienden del asunto: toda política es local.