Por Félix Cortés Camarillo
Solamente en el poco probable caso de que le otorguemos al ex presidente Vicente Fox un mínimo grado de inteligencia, podríamos intuir que la redifusión de un mensaje racista, homofóbico, imbécil, xenofóbico y antisemita la semana pasada hubiera sido pactado por él con los cerebros del presidente López. Supuestamente para subrayar el valor “único” de mexicanidad de Xóchitl Gálvez, el efecto de tal estupidez acabó por dañar la imagen creciente de la única que puede ganarle las elecciones a la favorita de Lopitos.
Coincidió ese mensaje con el consejo que Fox le diera públicamente a Xóchitl para que si gana la presidencia de la república, suprima los apoyos sociales que tanto presume el régimen actual, y deje de patrocinar a los indistintamente llamados cabrones o huevones. Con el añadido de pedir que a él se le restituya la pensión como ex presidente que fue suprimida por Lopitos, porque él, Fox, la está pasando difícil.
Permítaseme dos apartes, como dicen en el teatro clásico español: de acuerdo a derecho y razón, todos los trabajadores mexicanos tienen derecho a una pensión, cuyo monto depende de los años trabajados y a sus emolumentos legales. Hayan sido barrenderos del Zócalo o presidentes de la república. Ahora, la defensa de Fox solamente pone en la línea de fuego a Xóchitl Gálvez. Y nadie quiere otro Colosio en nuestra historia.
Hay que decir, como segundo punto, que la respuesta de Xóchitl Gálvez a la estulticia de Fox ha sido por lo menos tibia. La separación de la postura del guanajuatense debió ser radical y clara; como son las claras y radicales descalificaciones que vienen de Palacio Nacional.
En política no hay casualidades. Coincidiendo con los pronunciamientos inanes de Vicente Fox, los estrategas del presidente López que tienen como instrucción precisamente descarrilar la popular emergencia de Xóchitl Gálvez, recibieron nuevas instrucciones. Abandonar la ofensiva de la descalificación personal, que solamente incrementaban la popularidad de la precandidata y optar por la ofensiva legaloide para eliminar al enemigo. Acusarla de todos los delitos fiscales posibles para eliminarla, someterla a juicio político y –si se puede- judicial. Que Xóchitl, por insurrecta, recorra el calvario de Rosario Robles por infiel. Precisamente lo que hizo Vicente Fox en contra de precisamente Andrés Manuel. Todo ello en base a la supuesta superioridad numérica en el Congreso más ovino y abyecto que se ha conocido en este país.
Por lo menos dos comentaristas políticos que leo fueron capaces de advertir ayer el cambio de estrategia. Héctor Aguilar Camín y Héctor de Mauleón dieron ya la voz de alerta. La historia se repite: siempre en su peor versión.
PARA LA MAÑANERA (Porque no me dejan entrar sin tapabocas): La destrucción del cauce del río Santa Catarina en mi tierra se está disfrazando de amenazas meteorológicas falsas y proyectos de campos deportivos que una vez o dos ahí estuvieron. Hay que talar, que eso deja.
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