Por José Jaime Ruiz
“Entonces me dijo estas palabras la venerada Circe:
–…Oye ahora lo que voy a decir y un dios en persona te lo recordará más tarde. Llegarás primero a las Sirenas, que encantan a cuantos hombres van a encontrarlas. Aquel que imprudentemente se acerca a las mismas y oye su voz, ya no vuelve a ver a su esposa ni a sus hijos pequeñuelos rodeándole, llenos de júbilo, cuando torna a su hogar, sino que le hechizan las Sirenas con el sonoro canto, sentadas en una pradera y teniendo a su alrededor enorme montón de huesos de hombres putrefactos cuya piel se va consumiendo. Pasa de largo y tapa las orejas de tus compañeros con cera blanda, previamente adelgazada, a fin de que ninguno las oiga; mas si tú desearas oírlas, haz que te aten en la velera embarcación de pies y manos, derecho y arrimado a la parte inferior del mástil y que las sogas se liguen al mismo, y así podrás deleitarte escuchando las Sirenas. Y en el caso de que supliques o mandes a los compañeros que te suelten, átente con más lazos todavía” (La Odisea, Homero, Editorial Gredos, p. 168).
El consejo de Circe a Ulises es el consejo de mayor sabiduría política. Ahora que el canto de las sirenas quiere seducir al gobernador Samuel Alejandro García Sepúlveda y al alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio Riojas, es hora de la cera blanda, previamente adelgazada, para que ninguno de los jóvenes políticos de Movimiento Ciudadano oiga a esas sirenas que seducen a través de la boca de Dante Delgado y las recientes encuestas.
Para el gobernador, la aventura de Jaime Rodríguez Calderón es apropiada en su ejemplo, por su fracaso. Siguió el canto de las sirenas y cayó en la sentencia de Circe porque es parte del montón de huesos políticamente putrefactos cuya piel se va consumiendo. Para el alcalde de Monterrey, el intento es peor, Samuel Alejandro podrá regresar a la gubernatura; Luis Donaldo, de perder, regresaría al vacío.
El destino de ambos políticos (lo pretenden las Moiras, las Hilanderas), es asegurar lo ganado, no apostar a lo perdido o a lo perdible: ninguno ganaría, en 2024, la Presidencia de la República. Para Luis Donaldo la reelección; para Samuel Alejandro, la permanencia. Otros designios en el futuro: 2027, gubernatura para Colosio; presidencia 2030 para García Sepúlveda.
Las sirenas, esas siniestras criaturas con rostro de mujer y cuerpo de ave, hechizan con sus cantos, atraen a los políticos para luego devorarlos. Sí, para luego devorarlos.