Por Francisco Tijerina Elguezabal
“Cuidado con el hombre que habla de poner las cosas en orden.
Poner las cosas en orden siempre significa poner las cosas bajo su control”
Denis Diderot
Cada vez que escucho a un político hablar sobre impulsar el bienestar animal se me revuelve el estómago.
Y no es que no esté de acuerdo en cuidar a los animales, por el contrario. En donde me pasan a reventar el hígado es cuando lo hacen con el único fin de aparecer en la foto y dar la apariencia de estar preocupados por el tema.
Me encanija, encabrita y encabrona, que no declaren lo mismo y más que preocuparse se ocupen del maltrato a las mujeres, a los niños, a los adultos mayores, a los más pobres; igual me enferman por falsos “protectores de animales” a los que les dobla el corazón una bestia, cualesquiera que esta sea, y no se conduelen de ver el dolor humano a su lado.
Tienen la escala de valores al revés.
Como muchos otros temas el “bienestar animal” se ha puesto de moda y es “políticamente correcto” por lo que se utiliza para tratar de conseguir adeptos y simpatías, aunque la mayor parte del tiempo se realice únicamente en simples y vanas declaraciones de prensa, porque en los hechos no ocurre nada.
Voy de acuerdo en atender y resolver cualquier tema y caso de maltrato a los animales, pero siempre y cuando esto ocurra después de que nos hayamos hecho cargo como sociedad del maltrato a nuestros semejantes y en esto último estamos rezagados a años luz del lugar en donde deberíamos estar.