Comerciantes de la presa de La Boca están preocupados por los niveles de agua que presenta diariamente el embalse, donde incluso aseguran que los catamaranes han tenido que ser movidos para que no se atranquen ante la ausencia del líquido.
La tierra va ganando cada vez más terreno al agua, particularmente durante los últimos días ante la vista de paseantes y personas que laboran en este paraje turístico.
La gente que visita este lugar comparte el mismo sentimiento de preocupación, pues no únicamente ven una caída en la presa, sino también en el agua de sus domicilios.
«Preocupa, preocupa mucho porque también en la ciudad estamos batallando porque ya la están reduciendo, de hecho, en varios sectores de Apodaca la cortaron como dos a tres días», dijo Altagracia Reséndiz.
José Pedraza, encargado de uno de las embarcaciones que prestan servicio turístico en el lugar señaló que, en los últimos meses, sus empleados han tenido que mover sus embarcaciones en al menos 20 ocasiones, ante el descenso del nivel del agua, por lo que llamó a las autoridades estatales y municipales a cuidar el agua de Santiago.
«Que chequen por qué está sucediendo todo esto, que le den seguimiento porque este lugar está muriendo», dijo.
Conforme pasan los días, el vital líquido continúa bajando en nivel, como lo ocurrido en año pasado.
«Esto pinta exactamente igual que en el 2022, ojalá y la temporada de lluvia llegue con más rapidez, como las lluvias de septiembre del año pasado», dijo Rolando Villalobos, empleado de un catamarán.
Hasta hace unos meses la gente que disfrutaba de este lugar, pero ahora en donde había agua, solamente las personas pueden apreciar la polvareda que se forma constantemente ante las fuertes rachas de viento.
«El malecón va para atrás, constantemente estamos moviendo las embarcaciones para atrás del agua por semana, por eso es necesario que la gente cuide el agua», señaló Jacob Hernández, encargado de la embarcación El Capitán.
Lo anterior lo manifestaron paseantes y comerciantes luego de que el director de Agua y Drenaje de Monterrey, Juan Ignacio Barragán señalara que a la Presa de la Boca le queda de vida entre 15 a 20 días si es que no llegan pronto las lluvias que les puedan dar un respiro a estos afluentes acuíferos que abastecen del vital líquido al área metropolitana.