La historiadora de arte Irene Herner cuenta a MILENIO cómo halló esta pintura, que George Gershwin le pidió al muralista; hoy se encuentra en el Boston Museum of Fine Arts.
Su vehemencia por el estudio e investigación sobre la vida y obra de David Alfaro Siqueiros (1896-1974), su entusiasmo incesante por conocer a fondo al creador que revolucionó el muralismo en México, llevó a la historiadora del arte Irene Herner a seguir por décadas el paradero de un cuadro desaparecido del artista; publicó MILENIO.
Por más de 80 años la pintura Autorretrato con espejo, que Siqueiros hizo en 1937 en Nueva York, estuvo perdida. Herner sabía de su existencia, pero llegó a pensar que ya no existía por el paso del tiempo y su búsqueda sin éxito.
De repente, en 2017 le llamó Mary-Anne Martin, galerista y promotora del arte moderno mexicano en Nueva York, para que acudiera a ver la obra: “Si es lo que tú dices, es una obra muy importante”, le comentó.
“Efectivamente nos fuimos para allá para documentar la pintura que, debo decir, es fantástica”, cuenta Herner a MILENIO.
La historiadora tenía referencia de la obra, mostraba una fotocopia en blanco y negro de ella en sus conferencias por ser importantísima, pues Siqueiros estudió perfectamente la cuarta dimensión en ella y en general en sus obras, es decir, trabajaba el movimiento y el tiempo.
En una sala oscura
La pintura apareció en una sala oscura de la casa de un familiar del legendario de George Gershwin, uno de los grandes compositores estadunidenses del siglo XX, dice Herner, curadora de dos exposiciones inspiradas en la obra de Siqueiros: Utopía y Siqueiros Pollock-Pollock Siqueiros.
“Como amigo de Siqueiros, Gershwin le pidió que le hiciera ese cuadro, pero ya no lo vio porque el compositor murió en 1937, así que la pintura se quedó con algún miembro de la familia que no la valoraba”. Después del hallazgo, el Boston Museum of Fine Arts adquirió la obra.
Se trata de un cuadro de mediano formato, fechado y firmado. Herner comenta que, por sus características, el Autorretrato con espejo es un gran hallazgo, aun cuando el artista hizo muchísimos autorretratos y experimentó las posibilidades de la pintura acción.
La historiadora cuenta: “Raquel Tibol, crítica de arte y también estudiosa de Siqueiros, tenía noticias de esta obra, al grado de que lo usó en la portada de uno de sus libros, pero puedo asegurar que nunca lo conoció ni lo vio”.
Herner muestra este gran hallazgo en la serie documental Quién era David Alfaro Siqueiros, realizado por ella misma y la productora Mónica Ruiz.
El audiovisual de nueve horas de duración consta de 19 capítulos y recupera más de 2 mil documentos, pinturas, fotografías y anécdotas.
🎂: Artist, David Alfaro Siqueiros was born #OnThisDay in 1896
— Museum of Fine Arts, Boston (@mfaboston) December 29, 2022
🎨: "Autorretrato con espejo (Self-portrait with Mirror)" (1937), David Alfaro Siqueiros, Cellulose nitrate paint on board coated with phenolic resin pic.twitter.com/2N3MUWWzsD
Padre del action painting
“Es un genio del siglo XX. El primero que pinta murales exteriores, conocido ahora como muralismo callejero. Luego experimenta con materiales industriales, siendo el primero que introduce a sus obras de arte la piroxilina, la antecesora del acrílico”, dice Irene Herner, autora del libro Siqueiros del paraíso a la utopía.
La especialista lo llama el padre del action painting (de la pintura acción) porque artistas como Jackson Pollock fueron sus alumnos. Siqueiros abrió en 1936 un taller en pleno Manhattan, en la calle 5, donde experimentó el arte público y también la propaganda pues hacía arte para el Partido Comunista estadunidense, que en esa época no estaba prohibido.
Siqueiros, tras participar en la Revolución Mexicana, se fue como soldado a la Guerra Civil Española. A su regreso a México atentó contra León Trotsky, por lo que tuvo que salir del país y se fue a trabajar a América Latina. En Uruguay encontró al amor de su juventud, la poeta Blanca Luz Brum, quien al enterarse de la muerte del mexicano, le escribió un poema maravilloso, «Rey David, canción de pena», que musicalizó el compositor Mario Ávila.
“Él tuvo que ver con Argentina, Cuba y Venezuela. Entabló una gran amistad con Pablo Neruda, quien incluso lo venía a ver a la cárcel de Lecumberri. Le daban chance de llevárselo a pasear un rato, a tomarse unas copas y luego lo regresaba a su celda. Hay que recordar que Siqueiros fue un personaje muy importante, encarcelado en más de seis ocasiones, de 1960 a 1964, en el Palacio Negro de Lecumberri por sus ideas y acciones políticas”.
En esos momentos, hizo por lo menos 400 obras con paisajes maravillosos, retratos y estudios para su murales que había dejado inconclusos, como el del Castillo de Chapultepec y el de la Asociación Nacional de Actores. Terminó esas obras al salir de la cárcel y posteriormente emprendió lo que fue su gran obra: el Polyforum Cultural Siqueiros.
Artista multidisciplinario
Siqueiros es un personaje impresionante y multidisciplinario. También escribía y era un teórico de la pintura y del arte públicos.
“Escribió muchísimo, pintaba y hasta tomaba fotografías. Su deseo era que el arte público de gran calidad le llegara a toda la gente. Sostenía que cada una de sus pinturas eran matrices fotogénicas, hechas para ser reproducidas mecánicamente, por eso se nos ocurrió realizar esta serie documental, en el que las obras son las protagonistas”.
Herner destaca que las obras que Siqueiros realizó en el Antiguo Colegio de San Ildefonso entre 1923 y 1924 son testimonio de que por primera vez se logró la integración del arte con el espacio arquitectónico. En el cubo de la escalera, el artista pintó Los elementos y los mitos, El entierro del obrero sacrificado y El llamado a la libertad.
“Su sueño dorado era que el artista público pudiera inventar nuevos medios que integraran la pintura, el cine y la animación, fue todo un visionario”, concluye.
Imagen portada:Cortesía de Irene Herner | MILENIO