Por José Jaime Ruiz
Movimiento Ciudadano arrebata votos panistas, Morena los priistas; los operadores más importantes del PRI en Nuevo León están con Morena
La dinastía se pelea con la democracia y la democracia siempre gana, salvo en países totalitarios o religiosos, como Corea del Norte o los países árabes. La dinastía es un error político en la democracia, por hijos o por hermanos, el caso Coahuila de los Moreira lo demuestra.
Y el caso de Tomás Montoya es significativo. Lechón a la sombra de su madre, nada lo destaca. Su trabajo no hace DIFerencia. Político de enaguas, poco tiene que hacer frente a Héctor García (mi “Hectorín”, dice Cristina Díaz), Alfonso Robledo o Pedro Garza Treviño.
Los méritos, o deméritos, de Tomás son maternos. Es una sombra, ni personaje ni personalidad. El municipio de Guadalupe es importante. Ahí se ensaya el gran laboratorio, por demografía y por política. Apodaca no es del PRI, es de César Garza Villarreal quien, avezado en cuestiones electorales, no impondrá esta vez a su hijo como sucesor. César tiene una amplia biblioteca política y no caerá en ese jueguito sucesorio.
Quien vaya con Alejandro Alito Moreno y Francisco Paco Cienfuegos, perderá. Son tóxicos. Eso lo entiende desde hace mucho Cristina Díaz, quien desde el PRI tiene que negociar su transición para que Héctor García no le esculque de más. Alito destroza al PRI y Beatriz Paredes también. Diré más, el PRI no existe, existen, subsisten priistas.
Movimiento Ciudadano arrebata votos panistas, Morena los priistas. Los operadores más importantes del PRI en Nuevo León están con Morena y al eje central no le causa ningún pudor. Los ex priistas le darán a Claudia Sheinbaum su triunfo, también el gobernador Samuel García.
El PRIAN está condenado a la derrota, y no lo asumen. Ahogados en su necedad no entienden los nuevos poderes fácticos. Apodaca será de César Garza, no del PRI de Paco Cienfuegos. Guadalupe será de Movimiento Ciudadano y Cristina no debe exponer la humillación de Tomás Montoya. San Nicolás, de nuevo en una reelección, de ese títere de Zeferino Salgado, lo siento, es tan mediocre que no recuerdo su nombre. Monterrey, evidente, Colosio. San Pedro para Lorenia Canavati.
En la insípida vena electoral que viene, cambios y recambios. Acertijo, dudas y certezas. Preveo la derrota del PRIAN, el ascenso de Morena y de Movimiento Ciudadano. Acendra la persecución política porque el PRIAN se quiso inmune, impune con negocios en contra de los ciudadanos. La delincuencia legislativa.
Ahogado por la indagatoria federal, Cienfuegos buscó a Adán Augusto López, se lo puso el alcalde de García, en uno de los mítines. Paco piensa que después de esa conversación arregló, planchó su problema con la Unidad de Inteligencia Financiera y con la Fiscalía General de la República. Paco sigue derrochando dinero en abogados, si estuviera arreglado con Palacio Nacional, no gastaría tanto.
Regreso al tema. Quien pretenda que el logotipo del PRI todavía vale, se equivoca. Quien crea que Alito no es traicionero, se equivoca. Quien pretenda prolongar dinastía, se equivoca. Óyelo tú, Hectorín; entiende tú, Tomás.