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Por Félix Cortés Camarillo

Luis Donaldo Colosio Riojas dio esta semana una muestra de sensatez y buen juicio, que muchos analistas no le concedían: a pregunta directa y evidentemente programada dijo claramente que él no aspira ni buscará la candidatura de Movimiento Ciudadano para la presidencia de la República en 2024.

Menos rotundo fue al evaluar la conducta del partido que representa, cuyo dirigente nacional Dante Delgado Ranauro y algunos militantes de importancia como el compadre de Colosio, el gobernador de Nuevo León, Samuel García, insisten en ir a la contienda solos y sin alianza. “Con el PRI ni a la esquina” repite a quien quiera oírlo el veracruzano. El gobernador de Jalisco, Alfaro, el otro capital político con el que cuenta Movimiento Ciudadano, al igual que Colosio no está cerrado a la posibilidad de acercarse a la única oposición que se presenta a López Obrador y su pandilla. Aquí sí fue claro; además de reconocer su falta de madurez personal y política y dedicar más tiempo a su familia y sus hijos pequeños, afirmó “no quisiera ser yo la persona que divida a una oposición que tiene genuinas intenciones de recalibrar el rumbo de México… no voy ser el artífice de la división de la oposición. Sería irresponsable”. En otro momento se expresó elogiosamente de la senadora Xóchitl Gálvez y le deseo lo mejor en su carrera.

Ninguno de esos conceptos es aceptado por Delgado Ranauro, sabedor que por las cochinas matemáticas Movimiento Ciudadano se ha convertido en el fiel de la balanza del electorado para la presidencia mexicana. Dante tiene la suficiente experiencia y sabiduría como para  entender que con la adhesión de su partido a la alianza PAN-PRI-PRD la candidata obvia de Lopitos está perdida, y que su avanzar en solitario es un obús que dividiría al voto anti-Amlo, que indudablemente está allí, esperando quien lo conduzca. Es muy difícil creer que la tozudez de Delgado sea un simple producto de su capricho. Muchos nos inclinamos a creer en una negociación secreta con el actual habitante de Palacio Nacional. ¿Cuáles serían las treinta monedas que habría prometido el presidente López? Es fácil imaginar que no serán pocas, puesto que la participación de MC en solitario, pone en peligro el mero registro del partido, si las cifras de sus malquerientes son ciertas y a nivel nacional no alcanza el seis por ciento del padrón. Una previsible respuesta rencorosa de los mismos emecistas ante el golpe a la oposición puede hacer bajar esa cifra, de suyo menor.

De cualquier manera, en cuestión de horas o días sabremos quién ha sido beneficiado (a) del dedito elector mayor y las consecuencias previsibles, y que pueden ser espectaculares, de esa decisión. Tenemos tiempo suficiente.

O, como decía el sabio político mexicano Don Adolfo Ruiz Cortines, ¿para qué adivinas, si vas a saber?

PARA LA MAÑANERA (porque no me dejan entrar sin tapabocas): Ya viene el 13 de septiembre. Ese día el presidente López debe inaugurar –que es lo suyo- el acueducto Cuchillo II para abastecer a la zona metropolitana de Monterrey. El único problema es que como su nombre lo indica, para existir realmente un acueducto necesita agua. Y hoy, a una semana de tan solemne acto, sigue sin llover. Le seguirán pidiendo prestado a la presa El Cuchillo, que no llega a la mitad de su capacidad.  

‎felixcortescama@gmail.com

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// Félix Cortés Camarillo

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Autor: lostubos
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