Por Francisco Tijerina Elguezabal
Puedo entender la legítima aspiración de Vivianne Clariond de ser candidata a la alcaldía de San Pedro Garza García; lo que no comprendo es la decisión de buscar el cargo por la vía independiente.
A su favor Vivianne tiene la juventud, de manera que si no logra su cometido puede volver a postularse no una, sino muchas veces, pero debe entender que cada derrota cuesta un desgaste.
¿Por qué lanzarse al vacío de esa forma conociendo los antecedentes que ahora tienen los candidatos independientes en Nuevo León?
Independiente fue “El Bronco” y también independiente lo fue Miguel Treviño, el actual alcalde, pero los tiempos y circunstancias de ambos fueron muy diferentes, como distinto es el escenario que hoy se le presenta a Clariond.
Dicen que los refranes son “lecciones chiquitas” y habría que recordarle a la joven política que ”segundas partes nunca fueron buenas”, de manera que promoverse como la impulsora de la continuidad no sería, en este momento, lo ideal.
Al margen del “yocreísmo” (yo creo, tú crees, ellos creen), habría que pedirle a la regidora que tomase decisiones en función de herramientas científicas que le permitan conocer con exactitud qué es lo que quieren los habitantes de San Pedro. La percepción de la gestión de Miguel Treviño no anda en niveles muy altos.
Vivianne debe considerar que para ganar una elección, así sea la de San Pedro, se requiere de una estructura que empieza por tener seguidores y personas decididas a apoyarla. He conocido candidatos con partido en San Pedro que no han sido capaces de completar ni siquiera a sus representantes de casilla el día de los comicios.
Clariond quiere llegar a su objetivo por el camino más largo y tortuoso, el que cuesta más dinero, el que implica más trabajo, el que tiene menos tiempo, el que conlleva más riesgos. ¿Sabe el tamaño de la batalla en la que pretende involucrarse?