De acuerdo con los datos del Servicio Sismológico Nacional (SSN) en 1932 se registró el sismo de mayor magnitud en México y fue de 8.2
Corría el año de 1960 cuando un terremoto de 9.5 sacudió el suelo de Chile. Nunca antes un sismógrafo había marcado tal magnitud, el evento no solo dejó ciudades enteras reducidas a escombros sino que además provocó una serie de maremotos a lo largo del océano Pacifico; publica MILENIO.
Actualmente se sabe que el “monstruo planetario”, como fue descrito una vez, fue ocasionado debido a que la placa tectónica de Nazca se desplazó cerca de 30 metros por debajo de la placa Sudamericana.
Este fenómeno (en el que dos placas contiguas se superponen) se presenta en zonas de subducción, las cuales son propensas a dar origen a grandes terremotos y no son exclusivas de Chile.
El 11 de marzo de 2011, Japón experimentó un desastre natural que quedó marcado por la tierra y el mar. Fue ese día que un terremoto de magnitud 9.1 sacudió la isla y creó un maremoto que no sólo inundó la costa nipona, sino que terminó golpeando la planta de energía nuclear de Fukushima provocando así que se liberara radiación en la zona.
Los estragos fueron ocasionados por el desplazamiento de placas en subducción, en específico, entre la del Pacífico y la de Norteamérica.
Así como Japón y Chile, México también se encuentra en zonas de subducción, lo que abre la pregunta sobre si podría ocurrir algo similar así como cuál sería la magnitud máxima que pudiera alcanzar.
¿Sismos de gran magnitud en México?
En el caso del territorio mexicano, son las placas de Rivera y Cocos las que se encuentran en subducción con la de Norteamérica.
De acuerdo con la información del Servicio Sismológico Nacional (SSN) algunos de los grandes sismos que se han registrado en el país tienen su origen en este fenómeno, tal es el caso del terremoto que ocurrió en 1932 ( 8.2) y el que se vivió el 19 de septiembre de 1985 (8.1).
¿Cuál es la magnitud máxima que se espera en México?
Para responder a la pregunta sería necesario conocer todos los sismos que han tenido lugar en la zona de subducción, según señala el SSN.
“Esto permitiría conocer cómo se comporta el sistema y establecer esa magnitud máxima. Sin embargo, lo que se conoce se limita a 225 años lo cual en términos geológicos es muy poco”, se lee en el documento “Zona de subducción mexicana y su potencial para un sismo mayor”.
Y es que, para tener más detalles al respecto se requería un estudio arduo y complicado de paleosismología, mismo que tendría que ser aplicado a lo largo de toda la costa mexicana, según lo señalado por los expertos.
En tanto, a partir de recuentos históricos y de estudios de paleosismología, se sabe que en 1787 ocurrió un sismo en las costas de Oaxaca, cuya magnitud se ha estimado hasta de 8.6, lo que lo convertiría en el de mayor intensidad del que se tienen indicios.
Esto señalaría que existe la posibilidad de que una magnitud como esta se pudiera volver a presentar nuevamente, aunque no en un tiempo cercano.
Para ejemplificar lo señalado, el SSN retomó lo ocurrido en 2011, fuera de tierras mexicanas, cuando Japón experimentó un terremoto de 9.1, de acuerdo con investigaciones, un evento similar ya había ocurrido en la región, solo que muchos años atrás.
“Un ejemplo obvio es el sismo de Japón, cuyo tiempo de recurrencia; es decir, el tiempo que tarda en volverse a presentar un sismo similar, fue de mil años. Si tomamos en cuenta los 225 años de historia sísmica que conocemos para México, se limitaría la magnitud a 8.6. Sin embargo, no sabemos si hubo algo mayor tiempo atrás”, se lee.
Cabe recalcar que si bien se puede calcular la probabilida de que un terremoto de cierta magnitud vuelva a ocurrir, esto no quiere decir que los terremotos se puedan prever o predecir.
¿Qué tendría que ocurrir para que se de un sismo de magnitud 9 o mayor?
Según la información del Servicio Sismológico Nacional, para que pueda ocurrir un sismo de magnitud 9.0, se tendría que dar una ruptura de ~1,200 km en la zona de subducción de México, esto implicaría el rompimiento de toda el área de la placa de Cocos que se encuentra subduciendo bajo la placa de Norteamérica.
En una entrevista para MILENIO, el Doctor en Ciencias y jefe del grupo de análisis e interpretación de datos del SSN, Víctor Hugo Espíndola Castro, aseguró que si bien no es imposible que ocurra algo así (pues las condiciones para que suceda existen), lo cierto es que la probabilidad es muy baja.
No es lo mismo la magnitud que la intensidad
Pese a que los términos pueden parecer similares, la magnitud y la intensidad de un sismo no son sinónimos. La primera se refiere a la medida de la energía liberada con el movimiento de las placas tectónicas. En tanto la intensidad indica la capacidad de destrucción sísmica local.
Imagen portada: MILENIO