Por Félix Cortés Camarillo
Con excepción de las fechas de cumpleaños de algunos de mis hijos y de mi mujer, guardo frágil recuerdo de cuándo sucedieron algunas de las cosas más importantes de mi vida. No me recuerdo, por ejemplo, de la fecha en que publiqué en mi periódico El Tiempo mi primera nota firmada, hace más de 64 años. No tengo ni remota idea de cuál fue el día preciso en que conocí a Bertha, la mujer de mi vida.
Tampoco tengo en mis registros cuándo y cómo fue mi primer encuentro con mi paisano Luis Eugenio Todd, médico de excepción, polígrafo, hombre de familia, funcionario, embajador, maestro, rector, periodista, hombre de bien, que acaba de fallecer. De lo que no me queda duda es que precisamente por esa diversidad de inquietudes y logros, Luis fue simplemente, así con minúsculas, un universitario.
Curioso impertinente, tal vez, yo podía hablar con Luis de los pintores cuyas obras embellecen su casa, cuando de sobremesa con Elvira, su mujer dinámica, departíamos al lado de mis hermanos Guillermo Ceniceros y Esther González. Pero también del tema de los trasplantes del riñón, que como médico fue primer promotor, o de la resonancia magnética nuclear cuando ella era terra ignota en nuestro país.
Pero al mismo tiempo, cuando nos encontrábamos en Colegio Civil o en el periódico en el que un tiempo compartimos espacios, podíamos hablar de su vocación deportiva de ser Tigre de corazón. No solamente de los de la liga del soccer, sino también de los muchachos de las tackleadas y los touchdowns, que recibieron todo su impulso, su apoyo y su entusiasmo.
Luis Eugenio Todd fue, como menciona el libro testimonial de mucha gente que le conoce, “Hombre de Ciencia y de Palabra”. Fuera de lo trivial, durante su ejercicio en la rectoría de la Universidad de Nuevo León, de 1973 a 1979, impulsó el surgimiento de seis facultades, trece escuelas preparatorias, dieciséis licenciaturas, veintidós maestrías y la Capilla Alfonsina en donde las autoridades de su universidad le rindieron póstumo homenaje merecido esta semana pasada.
La palabra universidad, que le damos a las escuelas de alta enseñanza, implica en su etimología la intención humana de abarcarlo todo. Naturalmente que no todos lo podemos hacer siempre; pero indudablemente, vale la pena entregar la vida a ese sueño.
En ese sentido, Luis Eugenio es un universitario pleno.
PILÓN: Este sábado 23 en Monterrey, la Asociación Civil Comenzar de Nuevo lleva a cabo su Primera Jornada Trastornos de la Conducta Alimentaria. Se ocuparán de temas poco atendidos por nuestra sociedad pero muy frecuentes en ella: anorexia, bulimia, comida compulsiva, ansiedad, depresión y suicidio relacionados con todo ello. Comienza a las nueve de la mañana en el espacio Fundidora salón Mykonos, y quien requiera mayores informes puede llamar al teléfono 811 411 9098.
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