Por Francisco Tijerina Elguezabal
No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se debe también hacer. // Goethe
Los recientes hechos violentos ocurridos en San Pedro Garza García, mantienen en alerta a los habitantes de este municipio y sobre todo preocupados por su seguridad.
El tema es lugar común en reuniones de amigos, familiares y compañeros de estudio y trabajo y ha pasado de ser una mera charla a convertirse en una grave incomodidad y desasosiego, una inquietud que quita el sueño de vecinos, comerciantes y hasta de visitantes que empiezan a pensarse dos veces antes de acudir a ese sector.
La respuesta por parte del alcalde, Miguel Treviño, a la ejecución de un hombre ayer en el estacionamiento de un restaurante en Gómez Morín y Vasconcelos, con un video inocuo, sin informar acciones específicas ni un planteamiento que brinde confianza, sabe a poco.
Al mensaje del edil, pésimamente mal realizado (mueve las manos de la misma manera, dejando ver su desconfianza en lo que está diciendo y tiene una muy mala edición), le falta “punch”, esencia, sustancia, una acción específica, para convertirse en la respuesta que la ciudadanía quiere y merece.
Porque culpar a las personas de compartir videos no es la salida, como tampoco la entrada. Decir que los sucesos son producto de reacomodos de bandas no es justificación y argumentar que están blindando entradas y salidas no es verdadero, porque los hechos lo refutan estrepitosamente.
El eterno discurso de que mantienen una estrecha colaboración y coordinación con todos los niveles de gobierno suena bofo, a discurso barato, a mentira despiadada, a pretexto y promesa que se quiere, pero que se sabe que no se puede cumplir.
Miguel Treviño se ha “vendido” siempre como “especialista en seguridad” y gran conocedor del tema, pero sus resultados dicen lo contrario y los habitantes de San Pedro, los mismos que se sentían orgullosos del “blindaje” que les ofreció Mauricio Fernández, hoy añoran el pasado.
El alcalde centra su mensaje en culpar sin culpar a los ciudadanos al pedirles que únicamente se informen en las redes sociales del municipio, como si ahí fuesen a dar aviso de situaciones de riesgo o peligro en tiempo real.
Insiste Treviño en aventar la pelota del lado de la sociedad al pedirles que no compartan videos o mensajes que circulan en redes sociales ya que, según sus propias palabras “tienen la intención de lucrar con el miedo”.
Y aquí me pregunto, ¿qué lucro o ventaja se puede sacar y de qué manera con el miedo de la gente?
No Miguel, no es lucro, es aterrorizar, generar miedo, intranquilidad, desconfianza, poner en jaque a la autoridad; es una acción básica de la guerra de guerrillas en la que se siembre el terror en la población, pero nadie puede lucrar con esto. Decirlo sin demostrar que esos videos son falsos o del pasado, es tanto como aceptar que estás perdiendo la batalla.
No basta con un simple videíto para responder. San Pedro y sus habitantes merecen y quieren más. A Miguel Treviño se le acaba el tiempo y sus bonos bajan en el camino de lanzarse en pos de otro cargo y también, de dejar a un heredero en la alcaldía.
