Por Obed Campos
El derrumbe del techo de la parroquia de la Santa Cruz en Ciudad Madero, con un saldo falta de al menos 10 personas muertas y más de 30 lesionados, dejó en claro dos puntos fatales para los mexicanos:
1.- Lo poco que le importa al presidente Andrés Manuel López Obrador prevenir para evitar este tipo de tragedias… Y que ni el luto de las familias ni la incompetencia de las autoridades para responder le causan algún cuidado.
2.- Es inaceptable que en medio de esta emergencia, la comunidad afectada esté luchando por conseguir recursos esenciales como baterías, multi contactos y diésel. La ciudadanía se pregunta dónde están las autoridades locales, los legisladores y los candidatos que deberían estar al frente de situaciones como esta. En momentos de tragedia, es crucial que los recursos públicos se utilicen con responsabilidad y eficacia.
Y aunque el alcalde Adrián Oseguera Kernion y el gobernador Américo Villarreal Anaya se apersonaron en la zona de la tragedia, la gente no dejó de preguntar por el presidente López, sobre todo porque Tamaulipas es morenista como también lo es el municipio de Madero.
Según informes, entre 30 y 40 personas se encontraban en la iglesia durante la misa dominical en el momento del colapso. Los equipos de rescate apoyados por la ciudadanía continuaban hasta esta madrugada de martes trabajando incansablemente en la remoción de escombros en busca de posible sobrevivientes.
Entre la desgracia destaca que una familia joven, compuesta por tres miembros, incluyendo a un niño de 8 años, originarios de Ciudad Victoria, perdió la vida debido a este triste incidente.
Así, la tragedia de Ciudad Madero es una rayita más al tigre de las intenciones de López, quien, se ve, no tiene ni ojos ni oídos para otra cosa que no sea el proceso electoral que ya se nos vino encima.
Lo demás… “que el mundo ruede”, ha de pensar.
UN REVOLUCIONARIO Y EL 2 DE OCTUBRE
Un querido, respetado y admirado amigo escribió en un grupo: “Hoy 2 de octubre fecha muy dentro de nuestra piel, escuché al Presidente exculpar al ejército de los criminales hechos de Tlatelolco, queriendo hacer creer que fue el Estado Mayor Presidencial el responsable de la masacre, dando por cierto el episodio donde el Gral. García Barragán “llorando” le dice al Gral. Lázaro Cárdenas, “yo no fui, fue teté”.
“AMLO olvida que siendo Secretario de la Defensa Don Marcelino el ejército llegó a reprimir el justo Movimiento Estudiantil en Morelia, y reprimió al de Sonora disfrazando a sus soldados de paisanos identificados con sombreros verdes y un muy largo etcétera, agresiones a los movimientos de protesta en el país.
“Memoria es lo que tenemos que conservar, para no apoyar acríticamente”.
AZ
Por obvias razones guardo la identidad de mi amigo, quien ha sido un impecable revolucionario nada más toda su vida.