Por Francisco Tijerina Elguezabal
En cuanto se concede a la mujer la igualdad con el hombre, se vuelve superior a él. // Margaret Thatcher
Aclaro: Patricio Zambrano no es santo de mi devoción, pero como dicen en mi pueblo, “eso
no obsta para que conste”, que ayer fue víctima de un acto de violencia político de género.
Hace unos días estaba “El Pato” en lo suyo, haciendo videos en la calle y denunciando lo
que a su juicio son malas acciones de los gobiernos; llegó a un parque junto al Pabellón
Ciudadano y comenzó a transmitir cuando empleados municipales cortaban unos árboles
que, dijo Zambrano, aún estaban vivos.
De la nada apareció Brenda Sánchez, la secretaria de Desarrollo Urbano de Monterrey,
entrometiéndose sin ser invitada a la transmisión del Pato y acusándolo de mentir y
engañar, pero sin mostrar pruebas. Se hizo la rebambaramba y al final cada quien para su
lado.
Pero resulta que ayer la diputada Iraís Reyes amenazó a Zambrano con denunciarlo por
ejercer violencia política de género en contra de Brenda Sánchez.
Bonita cosa. El Pato ejercía su derecho a la libre expresión, quien fue a entrometerse y a
acusar a gritos fue Brenda, ¿y ahora resulta que la ofendida es ella?
Habría que explicarle a la pobrecita de Iraís que la ley funciona igual para todos y que en
este caso la agresión proviene del lado contrario.
