Por Félix Cortés Camarillo
“Primeramente se mostró un funesto presagio en el cielo. Una como espiga de fuego, una como llama de fuego, una como aurora: se mostraba como si estuviera punzando el cielo”… (Informado Motecuhzoma Xocoyotzin) “se subió a un mirador que en una azotea tenía y estando en vela toda la noche solo, a la hora de la medianoche vio salir la cometa, con aquella cola tan linda y tan resplandeciente, que quedó como atónito, y quedó tan atemorizado que pensó en aquella hora ser muerto”.
En estos tiempos de plagios múltiples, verdaderos o inventados, debo dejar constancia de que el entrecomillado que precede ha sido copiado de la Visión de los Vencidos, compilación de textos y códices de los mexicanos, los conquistados, sobre el fenómeno de la Conquista, que hizo el sabio Miguel León Portilla.
Presagios como ese de 1517, que por aproximación de fechas puede equivocadamente especularse se trató de la aparición del cometa Halley que nos visita cada 75 años, hubo varios. El gran incendio de la palapa del templo de Huitzilopochtli, por ejemplo, el misterioso hervor de las aguas del lago, que pudo ser un sismo, la supuesta aparición de La Llorona preguntando a dónde iba a llevar a sus hijos, o el presagio de su compadre Nezahuapilli, rey de Texcoco que era menos güey, le dieron en la madre al Tlatoani mexicano: “habrá en todas nuestras tierras y señoríos grandes calamidades y desventuras; no quedará cosa con cosa; habrá muertes innumerables”. El cometa llamado de Motecuhzoma fue probablemente un menor Citlalin Popoca, sin duda de advertencia. El peso de las tradiciones y supersticiones explica el fenómeno de la Conquista de México.
Cinco siglos después, si me cuentan lo que sigue, y si no lo hubiese visto yo en los noticiarios de televisión de toda mi confianza, diría yo que es un embuste fabricado. Fake News, para que me entiendan. Pero yo vi y oí al dirigente de Morena, Mario Delgado, gritar micrófono en mano en Yucatán, que observando el eclipse anular de Sol que se dio el sábado pasado, él le había preguntado a los astros qué nos deparaba el futuro a los mexicanos. Juro que no miento: dijo que cuando la Luna iba cubriendo al Sol se formó en el cielo una letra C. “¿Qué significa esta letra?” preguntó el moderno Motecuhzoma: la muchedumbre maya, que sabe de esta cosa de los astros, le contestó unísono: Es Claudia. Ella, que estaba de pie al lado, aplaudió.
Me cae de madre.
Esa historia le gana de mano a otra que tuve que atestiguar estos mismos días, aunque ésta me mata de risa. En variadas entrevistas en los “medios corporativos” -no se podrá quejar- el doctor Hugo López-Gatell, afamado médico asesino que escaló la popularidad dando, como zar de la virología, consejos para combatir la pandemia de Covid 19, como que el tapabocas nos servía de nada, los escapularios y la protección divina mantenían inmune al presidente López y otras idioteces, anda en campaña para ser el gobernador de la Ciudad de México. Pues con el cinismo que le caracteriza, el doctor López-Gatell, a la pregunta de si cuenta con simpatías entre los votantes capitalinos afirmó que en la calle le detienen los ciudadanos para darle las gracias por haberles salvado la vida del mortal virus. No miento.
López-Gatell se bajará a tiempo del tranvía equivocado. Él necesita ser miembro del próximo Congreso, aunque sea por la cuota de limosna a los partidos, para tener fuero.
Porque en México, la venganza es cabrona.
PARA LA MAÑANERA (porque no me dejan entrar sin tapabocas): Trescientos mil soldados israelíes, ante la alambrada que rodea la franja de Gaza sólo están esperando una orden desde Tel Aviv para lanzarse sobre el enemigo ancestral y echarlo al mar. El presidente Joe Biden le dijo el domingo a Israel en el programa 60 Minutes que dar esa orden sería un grave error. Ya veremos cual mensaje tiene más peso.
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