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El negocio (propio) de Alito

Por Obed Campos

La obstinación del coleccionista de autos exóticos, líder nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, Alito, para sus cuates, ya no es tan legendaria y es una actitud tan conocida, que casi casi le componen un corrido.

Muchos amigos priistas y ex priistas culpan al también ex gobernador campechano de ser el responsable de la debacle del otrora partidazo… Y él, como si nada. Como si en lugar de una organización política casi centenaria, sí, pero en los estertores de su agonía, manejara un estanquillo en la esquina de algún barrio bajo, de esos que venden cheve caliente por una rendija después del horario oficial.

Pues es esa misma testarudez que ha destruido al PRI la que ha venido minando y desintegrando sus cuadros, la que Alito pone de relieve cada que tiene que tomar una decisión importante, como el caso de la sucesión que se viene para el gobierno municipal de Guadalupe, Nuevo León.

Mis informantes, a los cuales contrario a lo que se dice YO NO LES COMPRO NI UNA COMA de información, me cuentan lo que ya todo el mundo sabe: por que sí, o por sus purititas pistolas, Alito quiere que sea su compadre el diputado federal y líder estatal del PRI, José Luis Garza Ochoa, quien abandere al tricolor como candidato a suceder a Cristina Díaz.

No le hace que sean casi nulas sus oportunidades de ganar la contienda…

Esta terquedad de Moreno de aferrarse a imponer a su compadre Garza Ochoa pinta un escenario que les pone los pelos de punta a los priistas de Guadalupe, que ven el municipio como “la joya de la corona” en las lides electorales.

Es por ello que (y no es un sueño ni una pesadilla) existe la gran posibilidad de que el hijo de Cristina Díaz, Tomás Montoya, salte al barco de Morena en pos de la candidatura a la alcaldía que dejará su madre tras tres períodos, que, si no fueron consecutivos como los últimos dos, dejaron mucha huella en el municipio.

Mis “insiders” me cuentan que ha habido acercamientos informales reales, y no de fantasía, entre el joven Tomás y la dupla Abel Guerra-Clara Luz Flores, los verdaderos personeros de Morena en Nuevo León… Reuniones que se antojan muy parecidas, me cuentan, a las que sostuvo Garza Ochoa con panistas como el eterno suspirante a la municipalidad, Poncho Robledo.

El punto es que Alejandro Moreno Cárdenas, Alito, más que un líder, ha resultado un verdadero chivo en cristalería, un cavernícola que vino a darle la extremaunción a puñaladas de pedernal al dinosaurio priista.

Y de esta historia, Guadalupe, Nuevo León, podría ser el botón de muestra.

@obedc
obed@scriptamty.com

Fuente:

Vía / Autor:

// Obed Campos

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Autor: stafflostubos
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