Por Francisco Tijerina Elguezabal
“Todo lo que escuchamos es una opinión, no un hecho.
Todo lo que vemos es una perspectiva, no la verdad”
Marco Aurelio
¿Qué usted quiere hacerse rico y famoso sin mucho esfuerzo? ¡Fácil, invéntese un membrete! Basta con un nombre rimbombante y que usted asuma una actitud de conocedor sobre un tema, para que sin mayor cuestionamiento se convierta en un “especialista” que amable y gentilmente entrega sus opiniones a medios de comunicación.
Si a su membrete le añade cursos y posgrados sobre la materia, ¡qué mejor! Y suéltese, usted opine, tire mandarriazos a diestra y siniestra y verá cómo en un santiamén se vuelve famoso y entonces las partes interesadas en la materia de su “especialidad” lo comienzan a buscar para que opine bien sobre ellos o para que ataque a sus rivales.
Así de fácil y sencillo es el modus operandi de un montón de “especialistas” que de la nada se erigieron en presidentes, directores de movimientos que simulan ser ONG’s, pero que en realidad son negocios disfrazados porque su intención es hacer dinero, no beneficiar a nadie.
No ocurre en todos los casos, debo aclarar, pero sí en muchísimos de ellos, más de los que usted imagina y la manera más sencilla de percatarse de cuáles es observando aquellos cuya dirigencia nunca cambia.
Leo con asombro este fin de semana que una “especialista” en movilidad escribe que en lugar de construir segundos pisos o avenidas más amplias debemos hacer banquetotas y ciclovías. ¿A quién defiende la especialista? O mejor dicho, ¿para quién trabaja?
Ante usted a trabajar desde una colonia alejada de García o Juárez a trabajar al centro de Monterrey y hágalo caminando en sus banquetotas en un verano regiomontano.
¿Cuál es la terquedad de empezar a contar por el dos sin haber cantado el uno?
Ya no cabemos y hay que implementar soluciones prácticas y rápidas al tiempo que se hacen los grandes planes de movilidad, pero no podemos poner todos los huevos en una sola canasta.
Hagamos un ejercicio: sentémonos en cualquier sitio de Garza Sada y contemos cuántos camiones de pasajeros pasan frente a nosotros en una hora. Se dará cuenta de que son pocos, muy pocos y sin embargo los embotellamientos se dan a cualquier hora. ¿Hace falta una línea del Metro o el asunto se soluciona con más unidades de transporte? Porque vista la oferta cualquier puede pensar que hay escasez de demanda.
La “especialista” opina por encargo y en lo que menos está pensando es en la movilidad y el beneficio de la gente. Se las dan de conocedores porque nadie los cuestiona, porque se dedican a pontificar y se congracian con algunos medios por estar a su disposición para decir lo que les ordenen; tienen un membrete, no conocimiento de lo que hablan.
