Por José Francisco Villarreal
Dicen, a mí no me consta, que las casas de empeño nacionales están llenas de las palabras empeñadas ahí por candidatos en campaña. Aunque son muchísimas las palabras sobre obras y programas sociales, tampoco faltan las que aseguran que terminarían su encomienda en caso de ser electos. ¿Alguien creyó unas u otras? No lo creo. Tal vez algunos ingenuos con más desesperación que esperanza. Ningún político se atrevería cerrarse esa puerta. Palabra empeñada fortalece si se cumple, debilita si no. Aunque el olvido nos disuelve a todos, en estos casos, más en vísperas de elecciones, la memoria y las hemerotecas son buenas vetas para los mineros de los “war rooms”. Más cuando candidato o funcionario público ha sido enfático muchas veces sobre ese tema. En efecto, como en su momento fue enfático el joven gobernador García.
Para ser franco, nunca tuve muchas expectativas sobre este gobierno estatal. Es obvio que Samuel Alejandro tiene fortalezas que al menos yo no le noté antes, abundado como estaba por la saturación de su campaña en redes. No puedo dejar de admirar el éxito en su cabildeo internacional imantando capitales para invertir en Nuevo León. Aprovechó bien la oportunidad de una economía nacional estable. Como “viejoleonés” que soy, veo que cumple en parte su promesa de un nuevo Nuevo León, lo que prefigura la desfiguración de mi querida patria chica, o más bien la transfiguración en otra cosa que, asumo, es necesario frente a una densidad demográfica que ya nos asfixia. Llega inversión como hordas esteparias. Más admirable, si se me permite este doloroso halago, cuando hay temas locales no resueltos aún, como la inseguridad, el agua, la coordinación positiva entre poderes y entre fuerzas políticas, y varios etcéteras más. Hilos suelos de nuestros viejos harapos. ¿A qué apuestan los capitales? ¿Al personaje o al estado?
¿Me molesta que ahora el gobernador busque una candidatura a la presidencia de México, justo a la mitad de su mandato? Sí, pero no por su aspiración muy legítima de gobernar México. No serían ni ese derecho ni esa aspiración lo que me llevaría a votar por él o por alguien más. Para mí, y para cualquiera, esta posible aventura electoral representa una eventual desaceleración o hasta un freno en su proyecto de gobierno y un riesgo para su continuidad. La imposición de un sustituto a modo de un grupo legislativo más bien adverso es una amenaza que no sufre sólo García Sepúlveda sino todos los nuevoleoneses. Es como poner a retozar al potro en la milpa. Los diputados no elijen a sustituto protocolario sino más bien a un agente muy activo de sus propios intereses que no necesariamente son los intereses de los ciudadanos de Nuevo León… “Lo que se ve, no se pregunta”, diría el clásico.
¿Arturo Salinas? ¿Es neta? Un conocido y connotado panista que, además, es la muestra típica de que el Poder Judicial de los estados también está infiltrado por partidos e intereses. La Justicia manca y tuerta.
Pero, esta aventura electoral, ¿se trata sólo de una ocurrencia del joven Samuel? ¿Adió? En política no hay casualidades, salvo caerse de una silla o, sólo tal vez, “atorarse” en un elevador del Senado. Contra Samuel, además del enfrentamiento local con un bloque de partidos, se ejecuta religiosamente la estrategia opositora nacional (PRIANRD), que a falta de candidatos adecuados y proyectos usan todos los medios a su alcance para boicotear candidaturas ajenas. TODOS los medios, literal y metafóricamente. ¡Allá ellos! Buscan “piso parejo”, bajar la calidad de las candidaturas a niveles de mediocridad, y no sería la primera vez. Lo interesante es que, a pesar de que no estaba abiertamente encaminado a una candidatura, Samuel ya tenía un nivel de aceptación nacional sólido y creo que con pocos o ningún negativo. Colosio Riojas también, pero sensatamente desistió. El dueño de Movimiento Ciudadano no ha omitido su desprecio al Frente Amplio. Sabe que MC no se nutrirá mucho de desertores morenistas; en cambio, tres partidos en descomposición siempre serán un buen agostadero para reforzar sus dantescos cuadros naranjas. El objetivo de los morenistas es aplastar a los partidos trillizos propiedad de Don X; el de MC también debe serlo. Los frentistas son opositores intransigentes, alineados en un discurso único; Dante también es oposición, pero es ladino, escurridizo, sabe negociar y lo hace. Samuel y hasta el propio Luis Donaldo son indicadores de hacia dónde ven los que no quieren ver hacia la 4T ni hacia el Frente Amplio. De tener éxito, habría un bipartidismo funcional; los despojos frentistas serían pasto de minúsculos carroñeros y larvas locales. Eso… que ni qué.
En lo personal, no me agrada que el gobernador pause su gobierno por buscar una candidatura, la que sea. Pero en este contexto macropolítico le veo mucho sentido, más allá de la aspiración personal de García Sepúlveda. Hay tendencias duras muy notorias en el electorado y una politización insólita generalizada. Es un momento adecuado para dejar la bola de cristal y los augures de una comentocracia decadente. Es posible palpar la verdadera entraña social, cómo se piensan a sí mismos los ciudadanos, cuáles son sus objetivos como colectividad, y cuáles son los instrumentos que quieren usar para lograrlos. Eso es la política. Insisto: no festejo la eventual pausa en un cargo de elección popular para buscar otro. Tampoco podría hacer algo para evitarlo. Pero en este caso, tiene mucho sentido para todos los mexicanos, no sólo para los reyneros.
PD: La infamia opositora a costas de “Otis” y el FONDEN. ¿Se puede caer más bajo? No lo creo que exista una manera de ser más vil. Pero si la hay, seguro la van a encontrar ellos mismos.
