Por Obed Campos
Gran indignación ha causado entre la comunidad universitaria el gran cinismo con el que se mueve y actúa Mario Humberto Rojo Flores, Coordinador de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Dígame usted si no: el susodicho carga ya en su haber 3 denuncias ante la Fiscalía, por diversos motivos pero en videos en sus redes sociales, Rojo asegura que solo son “solicitudes ante la Fiscalía”.
Una de las denuncias fue presentada por el periodista y ex catedrático de la FCC, Héctor Hugo Jiménez, por los delitos de difamación en contra de Rojo, según consta en el acta 114450/2023 a la cual Rojo Flores, mediante una carta fechada el 5 de octubre, se limita a responder altaneramente a la Fiscalía, que acudirá a comparecer “en compañía de 5 abogados”.
¡Así de “perdonavidas”!
¿De qué tamaño será el miedo de Rojo que tenga que utilizar todo un bufete en su defensa para atender una denuncia por un simple presunto delito?
Porque hacerse acompañar de 5 abogados defensores solo nos recuerda a mafiosos del calibre de Al Capone… Y uno que otro mexicano.
El comportamiento de Rojo llega a estos niveles que solamente los gángsters… Y me cuentan que aún faltan otras 2 denuncias que también son de tipo penal, pero…
Vamos a ver si en la Fiscalía, que aún encabeza Pedro Arce Jardón, amanecen con ganas de sacar los pendientes.
Pero lo más raro es que la sola sospecha por la presunción de haber cometido un delito, es motivo suficiente para que la UAN lo separe del cargo a este grillo disfrazado de directivo escolar.
Mas adelante daremos cuenta de los desayunos, comidas y fiestas con profesores y alumnos, donde Rojo Flores, aparte de repartir cheques, les promete “basificaciones”, es decir, puestos bases en la nómina, así como recategorizaciones laborales y estímulos económicos a cambio de su voto, todo esto a sabiendas, que dichas promesas jamás serán cumplidas.
Y si no, pa’l baile vamos.
