Por Obed Campos
Que poca… lealtad demostraron los treinta y tantos “super delegados” de la 4T ahora con la tragedia de Guerrero. No fueron ni siquiera para mandar un telegrama de condolencias, menos para presentarse en la escena de la calamidad a demostrar músculo, unidad y agradecimiento ante el hombre al que le deben todo, el presidente Andrés Manuel López.
Muchos andan de vacaciones. La mayoría viviendo la vida loca. Pero hoy que la patria los necesita creen que calladitos se ven mas bonitos y no son ni para solidarizarse de dientes para afuera, menos para apersonarse en aquellas afligidas tierras.
No. Todos y todas prefieren la miel sobre hojuelas… Tanto que muchos delegados y super delegados prefirieron pasar la semana en Cancún o en otras playas menos afectadas.
¿Y el deber? ¿Y la lealtad?
Como afortunados ganadores del sorteo de la Casa del Tec todos y todas se comportan como nuevos ricos y ricas. Como modernas versiones del Marqués de Carabás, aquel personaje del inolvidable “Gato con Botas·”.
Y ahora sí, ya con el ungimiento del “cabecita de algodón en la mano” pues “que trabajen los bueyes”…
Es la historia de la 4T.
Delegados: ¿a dónde está el orgullo? ¿a dónde está el coraje?