Por Félix Cortés Camarillo
Y yo le sigo, le sigo la corriente,
Porque no quiero que diga la gente que
María Cristina me quiere gobernar.
José de Aguilar, «María Cristina«
De Sammy García, el gobernador de Nuevo León, se pueden decir muchas cosas, pocas gratas a su ego. La que yo prefiero es que es un hablador. No un parlanchín, dicharachero o hablantín. Un simple hablador. Dice el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española que un hablador es quien habla mucho con imprudencia y molestia de quien lo oye. A mayor abundamiento, dice la RAE que en México y la República Dominicana llamamos así a quien es fanfarrón, valentón y majadero. A mí me parece correcto.
El otro día, la candidata Xóchitl Gálvez, de paso por mi tierra, le puso un mejor mote: es el favorito de López Obrador.
Para nadie es un misterio que el mercader electoral de Dante Delgado Rannuaro, propietario de las franquicias del Movimiento Ciudadano, ha negociado con el presidente López el cordero pascual electoral que en las elecciones presidenciales del año próximo borre los pecados del mundo y le quite a Xóchitl una porción de los votos anti AMLO que cualquiera pudiese convocar. Luego de la farsa, el año que viene, Sammy regresará a su sillón gubernamental en Monterrey. E tutti contentti. Vamos, ni siquiera el Congreso estatal se molestará en cuestionar su reinicio de funciones.
El peor asunto es que en este circo mediático que llaman pre-pre-pre electoral, piensan los políticos de profesión, tontos que son, que los mexicanos somos tontos. Y que nos chupamos el dedo que designa desde arriba a los que gobiernan a los de abajo. Claro que una de las consecuencias mayores del cambio de poderes en 2024 debe ser una reforma electoral compleja y completa.
Por el momento, esto es un ensayo
PARA LA MAÑANERA (Porque no me dejan entrar sin tapabocas): Fuera de lo que el gobernador del nuevo Nuevo León dice que va a hacer, como resolver el problema hídrico, asentar las inversiones de extranjía, resolver la movilidad con monorrieles chinos y otros asuntos, ¿alguien puede abonar alguna realidad?
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