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Por Carlos Chavarría

La elección de Milei en Argentina no significa más que el inicio de un nuevo ciclo de auge y crisis en aquella nación, ciclos que al parecer tanto nos gustan en Latinoamérica.

Milei “venció al kirchnerismo”, que gobernaba Argentina desde la ascensión al poder en 2003 de Néstor Kirchner y concluye su ciclo hoy en 2023, en medio de una profunda crisis recesiva e inflacionaria, como las 60 que han ocurrido en aquel país, durante los últimos 50 años. Por supuesto que toda crisis económica finalmente se convierte en política y ocurrió lo que tenía que pasar. [https://www.depeco.econo.unlp.edu.ar/wp-content/uploads/2017/06/04trabajo05.pdf].

América Latina no ha podido reducir  la desigualdad en el ingreso que se traduce en una pobreza del 50% de sus habitantes y de la terquedad de suponer que el Estado distribuidor y el déficit público asociado, es el mecanismo idóneo para sacar a su gente de su condición de estrechez en la que viven. [https://www.cepal.org/sites/default/files/events/files/matriz_de_la_desigualdad.pdf] y [https://www.scielo.org.mx/pdf/ineco/v79n314/0185-1667-ineco-79-314-106.pdf].

Los ciclos económicos de los países de la región se repiten una y otra vez. En lugar de hacer uso eficiente del gasto público y la inversión, de forma que se promueva el crecimiento y la productividad para generar excedentes reales sostenibles, los gobiernos aprovechan alguna coyuntura; típicamente el aumento de precio de los “commodities” exportables, y entonces aceleran el gasto corriente mediante emisión primaria y deuda pública. Al terminar al auge de precios petrolero y otras materias primas, viene la cruda realidad de pagar las ineficiencias.[ https://www.cemla.org/PDF/otros/2018-05-ciclos-economicos.pdf].

Liquidar deuda y cualquier ajuste económico implicará bajar el déficit público y los disponibles para gasto social, usados como estandarte triunfalista se ven agotados por la inflación.

En México somos especialistas en programas estructurales de ajuste y muy conocedores de los efectos que deja el manejo irresponsable de la política monetaria y de la macroeconomía en lo general, porque lo padecimos en carne propia.

Los gobiernos del viejo PRI hasta 1954 operaron con alguna disciplina en el gasto, que poco a poco se fue rompiendo la estabilidad llegando a su clímax con López Portillo, quien  usando le esperanza del petróleo endeudó al país 240% por encima de la deuda contraída por Luis Echeverria. El precio del petróleo se derrumbó y sucedió el que fue conocido como “Efecto Tequila”, llamado así por las repercusiones que tuvo en todo el mundo y que llevo finalmente llevaron al Consenso de Washington.

El programa de ajuste que tendrá que hacer Milei por allá en Argentina, tendrá el mismo perfil del que México tuvo que aplicar desde Miguel de la Madrid y hasta la fecha, y cuyos costos aún pagamos.

¿Por qué es tan difícil de entender para los latinoamericanos que para repartir la riqueza primero hay que crearla? Es simple, confundimos efectos con causas, como también intenciones con resultados reales. Atendemos a los síntomas pero no la raíz de la enfermedad.

En la mente de los latinoamericanos tenemos instalada la idea de la dependencia como solución cuando no existe tal cosa. Perdemos generaciones enteras de talento tratando de mejorar las mismas fórmulas que no han dado resultados en ninguna parte y momento.

En esa actitud mental proclive hacia la dependencia encontramos la explicación para todos los problemas cuando al mismo tiempo esperamos superarla, lo cual resulta siempre imposible.

Deformamos la realidad del Estado y el gobierno al esperar que sea esa entidad la que se encargue de prevenir y resolver todo, para después acusar su impericia y empezar un nuevo ciclo político pendular del cual al parecer nunca saldremos.

Hasta los países que disfrutaron de las mieles del seudo socialismo de Estado, como Viet-Nam, China, y todas las repúblicas asociadas a la antes Cortina de Hierro han hecho profundos ajustes en sus modelos económicos, dirigidos a mejorar sus tasas de crecimiento y productividad sobre la base de liberar sus economías, en América Latina se continua con bandazos económicos producto de sus devaneos ideológicos perdiendo generaciones enteras de talento.

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Vía / Autor:

// Carlos Chavarría

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Autor: stafflostubos
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