Por José Jaime Ruiz
Inflada hasta el ridículo, la candidata del Frente Amplio –o como se llame ahora–, Xóchitl Gálvez, se desmorona cada semana. Candidatura impostada bajo el dedazo y la cargada (Beatriz Paredes hubiera sido una mejor y más digna candidata), la construcción de la imagen de Gálvez va de bandazo en bandazo. Pasó de declararse de izquierda trotskista juvenil a celebrar, senil, el triunfo del extremista de derecha Javier Milei en Argentina: “¡En Latinoamérica soplan vientos para mejorar nuestros países! El pueblo argentino le puso un alto al mal gobierno y los malos resultados. Mi reconocimiento por esta histórica jornada electoral. Felicitaciones al presidente electo Javier Milei”.
Más que anfibia, monstruo demediado del doctor Frankestein producto del (des)ideologizado amasiato entre el PRI y el PAN. Al PRIAN los desune sus orígenes, pero los une la corrupción donde ésta no era parte del sistema, es el sistema mismo (Gabriel Zaid dixit), por eso sus altos negativos en todas las encuestas. No hay que ir más lejos, la candidatura de Xóchitl Gálvez nació muerta.
El mapa no es el terreno y eso no se comprende en la campaña de Xóchitl Gálvez quien ya padece la falta de estructura del PRIAN en los estados. Por el contrario, Morena, dueña de las gubernaturas, cobija desde el terreno y el todo-terreno a Claudia Sheinbaum, como se vio en el mitin de Iztapalapa. Por eso la campaña del PRIAN es de posverdades y, para resumirlo, es una campaña fake.
Los mercadólogos de Xóchitl la pretenden candidata de la inteligencia artificial cuando, en realidad, es la candidata de lo artificial sin inteligencia. No comprenden algo muy simple llamado algoritmo, ese ritmo digital al que danzan Samuel Alejandro García Sepúlveda y Mariana Rodríguez Cantú. Lo anterior se manifiesta en los posts del ex presidente Vicente Fox Quesada: “QUE ES LA DIFERENCIA ENTRE INFLUENCERS Y FORMADORES DE OPINIÓN ??” (sic).
“En la sociedad de la información, los medios de reclusión del régimen de la disciplina se disuelven en redes abiertas. El régimen de información se rige por los siguientes principios topológicos: las discontinuidades se desmontan en favor de las continuidades, los cierres se sustituyen por aperturas y las celdas de aislamiento por redes de comunicación. La visibilidad se establece ahora de una manera completamente diferente: no a través del aislamiento, sino de la creación de redes”, escribió Byung-Chul Han en Infocracia. La digitalización y la crisis de la democracia (2021).
Vicente Fox, Xóchitl Gálvez, Claudio X. González, Marko Cortés, Alejandro Moreno, Max Cortázar poco entienden de digitalización, influencers y redes sociales. Como ejercieron un poder en el antiguo régimen de la disciplina, lo suyo era el presidente como maestro de ceremonias, como director de orquesta autoritario, así ejerció la Presidencia de la República el PRIAN, tanto Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto: discontinuos, cerrados, aislados. Martita Sahagún –mientras sus hijos se enriquecían– aisló en la jaula de Los Pinos a Vicente Fox: “¿Y yo por qué?”.
Tendenciosos, en el PRIAN obvian las tendencias. Y en las tendencias de las redes sociales surfean Mariana y Samuel un día sí y otro también. Este fin de semana, por ejemplo, Leo García posteó (@leogarciamx): “Ayer, sin la menor inversión más que unos pocos caracteres y un pobre diablo que ya nomás ya no entiende que no entiende, le dio algo más del doble de los followers que ya tenía, a la señora Mariana”. En efecto, se le sumaron más de 40 mil seguidores por la misoginia de Fox. Y Samuel tenía el domingo en “X” más de 125 mil tuits.
Tomando la famosa frase de James Carville para la campaña de Bill Clinton: “Xóchitl y PRIAN, ¡es el algoritmo, estúpidos!” Y así muy pronto veremos a Xóchitl Gálvez y secuaces en un tercer lugar.