Por Félix Cortés Camarillo
Aclarando amanece:
Vicente Fox Quesada es un guanajuatense patán e ignorante, autor de la definición de la mujer como “lavadoras de dos patas”, que por la magia siniestra de la política mexicana ocupó seis años el puesto de presidente de México. Ergo, para mí es un ser repugnante manejado por su esposa Martita, síntesis de las ambiciones de poder, con extensiones al éxito empresarial de sus hijos.
Pese a todo, en su ocio Fox es un practicante furibundo –no tiene nada qué hacer– de las redes llamadas sociales. En su cuenta de twitter, entre sus muchas pendejadas que tanto daño le hacen a Xóchitl Gálvez, Fox se lanzó en contra de Mariana Rodríguez, una señora guapa que se casó con Samuel García, el gobernador de Nuevo León que dice que va a ser presidente nuestro, y le llamó “dama de compañía”.
Paréntesis didáctico para los de generaciones anteriores: cuando no se le podía decir públicamente putas a las putas, se las llamaba damas de compañía. Más tarde, cuando empezamos a hablar inglés, se cambió el término por el de “escort”. Como su nombre lo indica, quiere decir escolta, esto es guarura, guardián, nada que ver con acostarse con el escoltado, ¿verdad?
Paréntesis orientador: los que sientan necesidad de esos servicios sexuales, les sugiero en su computadora buscar a aliciadollshovsq o a mileroticus; hay más. Pero yo a las mujeres desnudas las prefiero de carne y hueso.
Vuelta a la realidad.
Doña Mariana respondió como se debe y –al igual que su marido- presumió grados universitarios frente a una ofensa pedestre. Bueno, así se maneja esto.
Así se maneja esto.
La empresa antes llamada Twitter y ahora se dice X, a causa de esta rudeza innecesaria canceló la cuenta de Vicente Fox. Y el muchacho imberbe que cobra como gobernador de Nuevo León lo celebró. Si ése quiere ser presidente, va a ser peor que AMLO, quien no ha osado reprimir la libertad de expresión. Aguas con Samuelito y su cimitarra.
Paréntesis informativo para los que no leen periódicos: El sistema de difusión de mensajes llamado X es –me dicen, pero no lo creo del todo- propiedad de un señor de nacencia sudafricana que se llama Elon Musk. El mismo que, supuestamente cambiará la economía mexicana instalando en Nuevo León una gigantesca fábrica de autos eléctricos para inundar las autopistas de los Estados Unidos .Un proyecto billonario en dólares del que no hemos visto un peso El mismo al que al rico –como se usa en el norte- Samuelito llama “compadre”
Ahora, las mamadas de Vicente Fox en X son detestables.
Pero cuando inventamos el asunto ese de las redes sociales nos tropezamos con el blanco y el negro. El democrático acceso de todo aquel –los pobres no ¿eh? -que pudiera tener un celular activado para difundir sus filias, fobias, o lo que se le diera su chingada gana a todo el mundo. Por el otro lado, la posibilidad irrestricta de agredir, difamar, ofender, mentir o lo que se nos ocurra, impunemente.
No hay en el mundo una regulación razonada de lo que se publica en estas redes. Es difícil que la haya. Cuando esto sucede, los medios de comunicación, desde el señor Hearst que Orson Wells trasladó a la fama con una sola película, se rigen por la decisión del dueño. En este caso, el señor Elon Musk.
Detestable y ridículo, y pedante, y somnífero, y aburrido y aberrante, Vicente Fox debe tener derecho expresarse, a usar una cuenta de las que administra el señor Musk. Para decir lo que le dé la gana, para mentir, ofender y difamar; ocasionalmente, lo dudo, para decir algo inteligente.
La libertad para decir estupideces debe ser mayor a la fuerza de su represión.
Yo, aunque les sorprenda, pido su palabra.
PARA LA MAÑANERA (Porque no me dejan entrar sin tapabocas): Me apena la estúpida guerra (¿hay de otras?) entre el poderoso estado de Israel y el imbécil movimiento terrorista Hamas en Palestina. Ambos lados han acudido a la regla número uno de la guerra: todo se vale. De un lado y del otro siguen muriendo todos los días, y a partir del viernes, seguirán siendo envueltos en sudarios. Y nosotros como si nada.
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