Por José Jaime Ruiz
En Nuevo León no hay crisis de gobernabilidad, mínimamente se padece una crisis institucional entre los poderes públicos, entre Samuel Alejandro García Sepúlveda y el Poder Judicial del estado y el Congreso local. La vida sigue sin contratiempos: los servicios públicos funcionan, la inversión económica fluye, la inversión social también, la seguridad pública ahí va, los estudiantes estudian, los trabajadores trabajan, los empresarios emprenden, los amorosos se besan, los amantes cogen.
Al querer tomar el cielo de la gobernación por asalto, el PRIAN se refugia en recovecos jurídicos, pero que no vengan con que la ley es la ley cuando predomina la injusticia política: el PRIAN quiere hacerse de una gubernatura que no ganó en las urnas. Claudio X. González, Xóchitl Gálvez y Alejandro Junco de la Vega, dueño de Reforma/El Norte, acuden a denostar a Samuel García usando a Alejandro Moreno y Marko Cortés y sus extensiones aborígenes en Nuevo León, como lo son Francisco Cienfuegos y Zeferino Salgado.
La puesta en escena del PRIAN en Nuevo León con su hipócrita desgarre de vestiduras, no es dramática, es grotesca. Desesperados, logran que Norma Piña, presumiblemente, le tuerza la mano al juez tamaulipeco Juan Fernando Alvarado López, para que recule y deje sin efecto la suspensión otorgada a Javier Navarro, secretario General de Gobierno, con la cual García Sepúlveda pretendía dejarlo como encargado de despacho al iniciar la licencia de seis meses.
Que no vengan con eso de que de la ley es la ley.
Si en Nuevo León los primos se casan con las primas, como ironizan en otras partes del país, el Poder Judicial vive en amasiato con el Congreso local; en efecto, no hay división de poderes. Aunque se quiera ver más allá de lo evidente, como una vieja caricatura felina, la prueba de esta fisicidad la exhibieron sin tapujos. Se lee en Milenio:
“El magistrado de la Primera Sala Unitaria Civil del Tribunal Superior de Justicia del estado resolvió una suspensión provisional para que el gobernador de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda, no pueda concretar la licencia autorizada por el Congreso local para ausentarse por seis meses, hasta que no se defina y asuma quién es el gobernador interino del estado.
“La mañana de este viernes, personal que se identificó como del Poder Legislativo pegó en una de las puertas del Palacio de Gobierno una notificación del magistrado Alberto Ortega Peza en respuesta a un acto reclamado por Mauro Guerra Villarreal presidente del Congreso del estado”.
EL PRIAN propuso al panista Arturo Salinas como gobernador interino, quien es presidente del TSJ con licencia, no pudo; el acto reclamado lo suscribe el panista Mauro Guerra ante el TSJ, quien preside el Congreso. ¿Así o más burdo?
Que no vengan con eso de que de la ley es la ley.
Inclusive el coro regio de la iniciativa privada sujeta a la oligarquía y a los intereses del PRIAN, por el fundado temor de que Xóchitl Gálvez sea desplazada al tercer lugar por Samuel García, avaló al Congreso y su propuesta de interinato.
Ya lo dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador: “Es un asunto –también eso, que la gente del país y de Nuevo León lo sepa– no es estrictamente legal, no es estrictamente administrativo, no es de interpretación de las leyes, es un asunto fundamentalmente político-electoral, es el enfrentamiento de dos posturas, de dos grupos, por eso hay que esperarnos”.
La judicialización entre el encargado de despacho y el interino puede llevar meses, los que dure la campaña de Samuel García… o lo resuelve el Senado, pero que no vengan con eso de que de la ley es la ley. A pesar de Claudio X. González, Alejandro Junco y Xóchitl Gálvez, el PRIAN no gobernará NL.
