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Por Félix Cortés Camarillo

El que con niños se acuesta….
Decir popular mexicano

No me gustaría presumir que el sainete ridículo provocado por el mozalbete que cobra todavía como gobernador de Nuevo León logró, un poco a la inversa, el propósito inicial de su protagonista: finalmente pasó de ser un político de rancho grande, que eso es mi estado, a una figura reconocida por los medios nacionales de comunicación y uno que otro de extranjia. Solamente que no como el joven que soñaba heredar la residencia de Palacio Nacional que detenta el presidente López, sino como un torpe y mentiroso aspiracionista cuyo proyecto personal se vino abajo con la misma velocidad con la que López Obrador lo animó, y que se sustentaba en tres presuntas virtudes: sus 35 años de edad, su atractiva y mediática esposa con adlater de pañales todavía, y el torrente de “billones” –así dice- de dólares de inversión extranjera directa a su estado. Solamente la señora y bebé y la escasa edad son reales. Lo demás ha sido ilusión y verbo falso.

Me gustaría conocer la reacción de Elon Musk y su plantota Tesla sobre la gobernabilidad del estado.

Con frecuencia insisto en la evocación que provoca Lopitos del presidente Luis Echeverría. Este es otro de los casos de la demagogia populista. Echeverría fracasó con su proyecto de efebocracia, cuyos principales ejemplares fueron Carlos Armando Biebrich en Sonora e Ignacio Ovalle, jovencito secretario de la Presidencia que hoy está ausente del discurso político luego de su carrera de legislador, embajador y recientemente millonario paso por la Segalmex: yo mejor diría que es un prófugo de la justicia que en este país no existe más que para que Lopitos ataque a los jueces que no siguen su línea. ¿Y los quince millones, apá?

Lo cierto es que la carrera política de Samuel García ha terminado; por fortuna. Yo dudo que alguien imagine hoy a Samu Él gobernando a nuestro país, con el único sustento de su egolatría desmedida, como se veía vía el viernes en gigantescas fotografías en algunos edificios de Monterrey con el subtítulo de incontenible.

La sorpresiva maniobra del gobernator con pretensiones de presidentor, que antes de admitir que su oficina fuese ocupada por alguien que no fuese su incondicional secretario de Gobierno mientras duraba su aventurilla de precandidato a la presidencia, renunciaba a ésta y quiere seguir gobernando, no fue entendida por todos. A las horas del domingo que esto escribo, tenemos en teoría dos gobernadores de un estado que no necesita ni uno solo.

Samuelito es víctima de un miedo enorme. 

Él sabe perfectamente bien que Lopitos lo animó a lanzarse al ruedo sin posibilidades de ganar la presidencia, pero con una probabilidad mediana que restarle el voto de la clase media a Xóchitl Gálvez, como lo reconoció en sus peroratas el presidente López. Así regresaría, después de la licencia concedida por seis meses por el Congreso local, al Palacio de Cantera.

Siempre y cuando el gobernador interino fuese nombrado por él y no por el Congreso, que tengo la impresión es lo que determina la Constitución del estado, y que fue lo que hizo en la persona de Luis Enrique Orozco como gobernador interino, cargo al que rindió protesta frente a la soberanía que lo designó. 

¿En dónde está el peine? No reside en la pugna real entre los politiquillos que manejan el Congreso del estado y los caprichos del politiquillo Samuelito: el tema es mucho más sencillo y fácilmente descifrable. 

La única preocupación de los miembros del Ejecutivo a todos los niveles es que su sucesor no se atreva a abrir los cajones de los escritorios y revisar las cuentas del ejercicio, con peligro no solamente de la vergüenza pública sino de la mismísima persecución penal. Dicen los chismes en Nuevo León que un gobernador interino que no perteneciere a la pandilla de Samuelito haría lo mismo que él hizo con su antecesor, el Bronco: meterlo el bote.

París vale una misa, dice la anécdota famosa.

Entre la candidatura presidencial y eludir a la justicia, Samu Él supo escoger.

PARA LA MAÑANERA (Porque no me dejan entrar sin tapabocas): Nadie pela la reunión que sobre el medio ambiente se desarrolla en Abu Dhabi; menos que todos, el presidente López, casado con el petróleo como fuente de energía y negado a toda disidencia. Lo cierto es que el sobrecalentamiento del planeta sigue subiendo, los glacieres se siguen dirigiendo y nos va a llevar el tren.

‎felixcortescama@gmail.com

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// Félix Cortés Camarillo

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Autor: stafflostubos
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