Por José Jaime Ruiz
Los mentideros en Monterrey son pocos, pero son. Durante mucho tiempo el restaurante Palax de la Avenida Madero sirvió para la politiquería sindical, sobre todo de la CTM. El Gran Pastor para los invitados fuereños. Hoy hay otras opciones, políticamente fifís: El Mirador de avenida Constitución y, sobre la avenida Morones Prieto, el tradicional priista San Carlos. En todos predomina la carne seca, la arrachera, el rib eye, guacamole y, sólo en algunos, buen cabrito.
Cuando la clase política regia dejó atrás la simulación frecuentó las franquicias de San Pedro Garza García, uno de los municipios más ricos de Latinoamérica. El periódico El Norte consignó el 3 de diciembre: “No es por querer echarle más leña al fuego naranja, pero muy quitados de la pena y contentos se vio ayer al dirigente nacional del PRI, Alejandro ‘Alito’ Moreno, y a sus mangoneadores locales Francisco ‘Chispitas’ Cienfuegos y Adrián de la Garza…
“Los tres alegres compadres tricolores estuvieron compartiendo la arrachera en el restaurante San Carlos Valle en San Pedro y, según comensales, más de una vez se les escuchó riéndose del revés de Samuel García… y sin intención de ser discretos”.
Poco les duró la risa, el gusto y la indiscreción. En sendos videos Francisco Cienfuegos y Adrián de la Garza condenaron a la pira política al gobernador constitucional de Nuevo León, Samuel Alejandro García Sepúlveda –la diputada local priista, Lorena de la Garza, debiera enseñarles cómo se hace un video digno.
Mientras Xóchitl Gálvez abría la puerta del frente Fuerza y Corazón por México de Claudio X. González a Movimiento Ciudadano –después de que Samuel García optara por seguir como gobernador–, desde “la unidad” del Frente, Alito se las cerraba. Dolido hasta la médula tricolor, el dirigente se lanzó en contra de Samuel: “Inexperto, ambicioso, mentiroso”.
Adrián de la Garza, con su enrabiado video, canceló toda posibilidad de ser fiscal porque –tan sereno él siempre– confesó públicamente que lo suyo no es procurar justicia sino la revancha, la venganza, la represalia; precisando, ya que hablamos de la mafia política de Nuevo León, la vendetta. ¿Cómo confiar en un procurador o posible fiscal que le vale madres el debido proceso?
“Entiendo el miedo que tienes de que si soy Fiscal puedas terminar en la cárcel. Samuel, si soy Fiscal voy a perseguir todos los delitos tuyos. Tarde o temprano llegan las consecuencias, si llego a la Fiscalía ten la seguridad que voy a investigar y llegar a la verdad de todo lo que escondes, que te generó tanto miedo como para no irte”.
“El miedo a no irse porque terminaría en la cárcel por su corrupción y la de su familia”, esa es la narrativa que quisieron imponer desde el PRIAN y sus chayoteros, como Joaquín López-Dóriga y Carlos Loret de Mola, alineados a Claudio X. González. Escribió Loret: “Samuel presumía que en una semana de precampaña ya había logrado estar en segundo lugar de las preferencias presidenciales. ¿Por qué se bajó, qué le dio miedo a Samuel?”.
Por insustancial no es necesario mostrar ni hablar del video de Francisco Cienfuegos. Los panistas, por su parte, tuvieron el mismo tono y construyeron el mismo relato de que no se fue porque el gobernador interino lo investigaría y lo condenaría penalmente.
Mauro Guerra, el presidente panista del Congreso y su correligionario, Carlos de la Fuente, coordinador de la bancaba albiazul, en nado sincronizado con los priistas, manejaron la misma narrativa. De la Fuente posteó que a Samuel le “dio frío” que el gobernador interino destapara “su corrupción”: “Mejor dinos @samuel_garcias a qué le tuviste miedo a que te sacaron los las de 30,000 millones de pesos en irregularidades que te encontró la Auditoría Superior del Estado”.
El relato de quedarse como gobernador porque el interino lo llamaría a rendir cuentas no se sostiene. El PRIAN aprovecha desde hace mucho sus organismos que inspeccionan las cuentas públicas, como la Auditoría Superior y, en su caso, también pueden proceder penalmente a través de la Fiscalía General, esto es, nunca han necesitado un gobernador a modo, como presuntamente pretendían usar a Luis Enrique Orozco, para ejercer la revisión administrativa y las indagatorias pertinentes. Si la Auditoría, la Fiscalía y el Tribunal Superior de Justicia prianistas tienen pruebas de la corrupción en la administración de Samuel García, ¿por qué no lo han denunciado penalmente durante estos dos años?
Como bien afirmó e presidente Andrés Manuel López Obrador, fundamentalmente este es un tema político-electoral. A Claudio X. González, a Marko Cortés, a Alejandro Moreno, pero sobre todo a Xóchitl Gálvez, no les convenía que Samuel regresara a la boleta, por eso dieron línea a los prianistas nuevoleoneses para aceptar su regreso a la gubernatura. Y siguiendo el discurso crítico de AMLO, ahora quieren negociar su buena tajada de presupuesto para el 2024.
Los mentideros en Monterrey son pocos, pero son. ¿Cuándo estarán de nuevo Alito, Cienfuegos y Adrián de la Garza, indiscretos, desopilantes, echándose una arrachera? ¿Cuando la Mafia de la Toga, Norma Piña y Javier Laynez, les sigan haciendo el trabajo sucio a los prianistas?