Por Obed Campos
¡Qué oso, señor alcalde…!
Reflejo de la mediocre administración municipal que nos tocó vivir a los regiomontanos bajo la chueca batuta de Luis Donaldo Colosio Riojas, la tradicional encendida del pino navideño en la Plaza Zaragoza resultó igual que todas las obras de Luis Donaldo: un fiasco.
Sí señor y señorita, el pino navideño de Monterrey, que debe de haber costado un billetón, jamás encendió a la cuenta de 10…
Me cuentan que la gente amontonada, como en todo ese tipo de eventos, esperó por horas y al final se retiraron las familias, poco a poco, decepcionadas de ver un espectáculo muy mal organizado de principio a fin.
Con este pequeño acto chafa, queda demostrado que Luis Donaldo es un alcalde fallido, con toda su administración, porque si el encendido del pino en el municipio de Monterrey fue un fracaso total, qué se puede esperar para tareas más grandes, más trascendentes, peligrosas e importantes.
El caso es que el alcalde de Monterrey no tuvo más remedio que bajarse de la tarima totalmente avergonzado al ver que el pino no prendió a la cuenta de 10 y cuando se encendieron algunas luces, fue a medias.
Luis Donaldo se limitaba a mover la cabeza de un lado a otro sin dar crédito a lo sucedido y como buscando alguno de sus subalternos que lo sacara del atolladero.
Nadie apareció en su auxilio.
Y al ver que el evento no tenía solución, optó por retirarse y al cuestionamiento de un sector del público que le preguntó por qué no encendió en su totalidad el pino, se limitó a decir: “Nos quedaron muy mal”.
¿Nos quedaron, Kimosabe?
Un niño le gritó sin empachos: “¡Pino chafa!” y Luis Donaldo puso cara de circunstancia sin saber qué o cómo contestar.
De entre el público se pudo escuchar: “Cuando logren encender el pino navideño en el municipio de Monterrey, habrá señales…”
Un ancianito en la muchedumbre musitó: “No puede prender un pinito, pero quiere ser gobernador o presidente…”
