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Big Brother y la otra polarización

Por José Francisco Villarreal

No me gusta mucho la Navidad, pero sí me gusta la flor de “nochebuena”; “Flor de Cuero” (cuetlaxóchitl) la llamaron los aztecas, Flor de Pascua, que le dicen en Europa. También le gustó mucho a don Joel Roberts Poinsett, primer embajador y espía oficial de los gringos en México. Tanto le gustó al señor, que hasta le puso el nombre de “poinsetta”. Por fortuna los botánicos la emparentaron con la familia vegetal de las Euforbiáceas y la bautizaron legalmente como “Euphorbia pulcherrima”, (la más bella euforbia). No desglosemos más la etimología de esa familia, porque llegaríamos hasta un médico africano panzón. Por lo menos sí la deslindaron del maquiavélico embajador gringo. Ya en su tiempo el Excmo. Sr. Poinsett tanteaba el agua a los elotes para cocinar el reclamo de Texas como parte de Luisiana. Tuvieron que pasar un par de décadas más para que concretaran el reclamo, en parte con trampas, en parte por la fuerza. Y no ha cambiado mucho la diplomacia gringa… la actitud de algunos mexicanos sí.

Si la naciente república mandó por un tubo a ese primer intento expansionista gringo a nuestras costas, la flor más bella del ejido del frente cardiaco hizo todo lo contrario. Xóchitl Gálvez lloriqueó ante el embajador estadounidense Ken Salazar quejándose amargamente del “acoso” que sufre desde Palacio Nacional y del intento moreno de apoyar a Movimiento Ciudadano sólo para quitarle votos a ella. Además pidió ayuda ¡de un gobierno extranjero! para vigilar nuestros comicios. Aunque sus balbuceos a veces son más difíciles de descifrar que un crucigrama en sánscrito, me parece que la señora X está pidiendo que los Estados Unidos la socorran ante una posible derrota electoral pero que mientras tanto impidan que se lance otra candidatura presidencial por parte de Movimiento Ciudadano.

No sé si entendí bien, pero si eso solicita es muy reprochable, ya que hasta el archiduque Maximiliano (que nunca fue emperador) la hubiera rechazado por entreguista y lamebotas. 

La solicitud de doña X fue antes de la presentación de su equipo (¡Por fin!). Quiero pensar que su brillante staff no va a desertar esta vez y le instruirá para que su próxima súplica al “Big Brother” sea en secreto, aunque todos sepamos que entre los líderes de su movimiento, el servilismo hacia nuestros vecinos norteños es proverbial. No sé cómo responderán los gringos. Seguro seguirán financiando organizaciones “civiles” sediciosas, como siempre, pero no creo que les interese lidiar con doña X como presidenta. Hasta ahora no ha demostrado tener la dimensión política ni intelectual para dirigir a un país, y mucho menos a sus relaciones exteriores. Por lo menos el che Milei esconde su ignorancia con bravatas rabiosas y citas de filósofos y economistas, no con chistes inoportunos. Creo que si Claudio X., y el Poder Judicial no hubieran descarrilado la candidatura de Samuel García, Estados Unidos sí hubiera sido capaz de intervenir, ¡pero contra Xóchitl! Al menos durante un sexenio más, a los gringos les será incómodo pero más redituable tratar con una izquierda razonable que con una derecha “ocurrente” y vana.

Tampoco creo que al “Big Brother” le interese intervenir en la pugna que acaba de iniciar doña X. No me refiero a la pugna electoral sino a su torpe llamado a la “clase media”, esa clase tan escurridiza. Una cruzada “aspiracionista” en donde el adversario no sería un partido político sino otra clase social, la más numerosa, los jodidos, el verdadero tigre que aunque haya estado enjaulado no necesariamente ha sido amansado. Eso sin contar con que si comparamos con los que financian al frente cardiaco, sus dueños, no hay tal clase media, todos somos pobres.  La frase “Primero los pobres”, reivindicada socarronamente por la “oposición” pero invocando a la justicia social, ya es una contradicción con su llamado a la difusa clase media, una cardiopatía. Después de todo, los pobres no aspiramos a ser clase media, sino al menos a dejar de ser pobres, que no implica ser ricos sino modestamente autosuficientes, sin lujos pero sin carencias. ¿Es mucho pedir? 

Si esto no bastase para polarizar todavía más al país, el frente cardiaco supone que con Samuel fuera de la contienda, los jóvenes han quedado huérfanos de opciones y pretenden “adoptarlos”. Los jóvenes son naturalmente gregarios, y aún sin comprender las propuestas de Samuel y Mariana, empatizaban con ellos. Si doña X cree que puede sustituir al dúo naranja, no creo que vaya más allá de igualarlos en la suma de sus edades. Los jóvenes afines a Samuel no apostaban por un gobierno o un proyecto sino por solidaridad con su gremio etario. No creo que les haya hecho mucha gracia la forma como se deshicieron de la candidatura del emecista. Es más factible que no voten, a que voten por quienes agrediendo a Samuel los agredió a ellos. Porque así funciona la empatía. ¿Es tan difícil entender que la campaña “juvenil” de Samuel no intentaba convencer sino generar empatía? Ese vínculo no se logra con rollo sino con carisma, y hay que admitir que Samuel y Mariana tienen carisma. Los votos restados a MC con la renuncia de Samuel, no creo que migren ni natural ni forzadamente hacia el frente cardiaco.

Lo más lamentable de todo esto es que la cofradía de iluminatis de guiñol que convocaron Claudio X. González y sus iguales (que no son los líderes de los partidos ni de las asociaciones civiles), no aprendió de la experiencia de casi seis años de estar chinga y jode al régimen. Ninguna de sus estrategias ha funcionado, y sólo los ha empujado a crear un ambiente turbio en la política, a usar abierta, descaradamente los reductos que aún conservan en el poder, y a violar códigos éticos y leyes con absoluta impunidad. En algún momento pensé que la militancia de los partidos de oposición recapacitaría y se quitaría de encima sus liderazgos abyectos, que reivindicaría el valor y la dignidad de cada partido y sus postulados. Me da pena ver que no, que la militancia no conserva ni rastros de la filosofía que les debería dar cohesión y responden a consignas no a ideales. Lo peor de cada partido conduce a sus huestes en la pasarela electoral más vergonzosa de la historia. Lo que más debería preocupar al frente cardiaco es que, una vez que pasen las elecciones, ganen o pierdan, ya no podrán desligarse jamás de esa confusión ideológica que los unió, ya son consanguíneos. Los partidos “emulsionados”, por obra de la 4T, de MC, o de ellos mismos, están condenados a desvanecerse como entidades individuales y si acaso permanecer como quimeras… o como franquicias de Claudio X. Lo único bueno de todo es que después de las elecciones del 2024, ni nuestra democracia, ni los partidos, ni las elecciones, ni la sociedad serán lo mismo. Sólo espero que sea para bien.

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// José Francisco Villarreal

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Autor: stafflostubos
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