Por José Jaime Ruiz
La cólera fue un sentimiento de los dioses griegos o del dios del Antiguo Testamento; a veces de los héroes, como la más famosa de la literatura, la cólera del Pelida Aquiles cantada por la diosa o por Homero. También hay cólera funesta en la política, negatividad, irritabilidad, molestia, furia, la intensidad de la rabia como “argumento”.
El presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, va de salida. Cinco años y no nos convertimos en Venezuela. Cinco años y el dólar no está arriba de los 30 pesos. Las predicciones neoliberales, esos auspicios, murieron una a una en el altar de los augures. Lo que no murió fue el discurso de odio, las mentiras, los montajes.
Una obviedad, la guerra sucia la practica quien va perdiendo; quien gana, prescinde de guerra de lodo.
Como botarga del Doctor Simi, Xóchitl Gálvez se mueve mucho, pero avanza nada. Su estancamiento provoca emociones negativas y exageraciones sin sustento. La más vil la de Beatriz Pagés en contra de Claudia Sheinbaum como portada de la revista Siempre!
Bilis, hiel, secreción amarilla como el amarillismo consuetudinario de Carlos Loret de Mola y su andanada y su montaje contra Andy, Andrés López Beltrán. No hay evidencias, la única prueba es porque “yo lo digo”. Y así, la canalla, la calumnia. Un clan de complicidades aplaude la inmoralidad, la manipulación desinformativa. Ellos, desde la subjetividad, tienen la verdad última; Erinias neoporfiristas, su calentura biliar produce diarrea mental.
Ya son cinco años y no somos Venezuela, ni el país está jodido como en la época neoliberal y sus privatizaciones, la vida pública es cada vez más pública. Y los enrabiados saltan con su insidia: Joaquín López-Dóriga, Denise Dresser, Loret de Mola, Beatriz Pagés, Carlos Alazraki, Héctor Aguilar Camín, Norma Piña, Enrique Krauze, Guillermo Sheridan, Javier Laynez, el monero Paco Calderón, Ricardo Salinas Pliego, Alejandro Junco, Lilly Téllez, Xóchitl Gálvez, Claudio X. González… incautos, habitan el mismo redil.
Hacedor de frases, desde su cinismo José López Portillo acuñó: “Presidente que devalúa, se devalúa”. La 4T en tiempos de cólera adversaria y, sin embargo, presidente que revalúa, se revalúa. Frente a los pájaros carniceros, ante este tiempo de zopilotes: el aumento histórico al salario mínimo, las becas del bienestar, la inversión extranjera directa, el empleo formal, la inversión pública, el envío de remesas, el crecimiento económico, el combate a la desigualdad. La 4T en tiempos de cólera, las furias que se castigan a sí mismas.