Por Obed Campos
Y cuando por la calle
Pasa la vida, como un huracán
Joaquín Sabina / Quién me ha robado el mes de abril
En sus sueños húmedos de grandeza, el aun alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio Riojas no solo ha permitido, por estar ensimismado, que le roben el mes de abril, como en la canción de Sabina, sino que ha dejado que una parvada de delincuentes se apoderen de la ciudad.
En cristiano: mientras el alcalde se hace ilusiones de que ya que no lo dejaron buscar la gubernatura al menos podrá alcanzar una curul en el Senado, los poderes fácticos de esta ciudad le comen el mandado, como decimos en el rancho.
Me escribieron desde el viernes pasado: “Estamos pidiendo auxilio los comerciantes establecidos de la zona centro de. Monterrey. De las calles 15 de Mayo, Garibaldi, Colegio Civil y aledañas . Prácticamente no se puede ni caminar, es un comercio “tipo piraña”.
El mensaje es una solicitud desesperada de auxilio, de comerciantes que pagan sus impuestos porque están establecidos pero ven como la gente ya no entra a los locales por qué los ambulantes y sus porros no los dejan. “La circulación es una fila de ida y una de regreso”.
“Es una locura, y no tenemos ninguna autoridad que ponga orden en este macro desorden” me dice uno de los quejosos.
En tanto, Miguel Aguiñón, jefe de inspectores del municipio se voltea para otro lado. Alejandro Garza y Garza, jefe de la Policía de Monterrey, también.
Nadie quiere enfrentarse con los porros de la CTM o de la CROC que, mediante cuotas, controlan a los comerciantes invasores.
Y el mayor temor es que los malandros de la delincuencia organizada (ellos sí se organizan) aprovechen el hueco que deja la autoridad municipal y se adueñen de la zona… Y se desate el infierno, con el cobro de piso, la venta de drogas y la prostitución.
Si usted, como el alcalde Colosio, no me cree que esta es una peligrosísima situación, cito:
“En todo el subcontinente vemos erosionarse el monopolio estatal de la fuerza y también el de la tributación. Los recaudadores de impuestos privados han llegado al extremo de cobrar piso a las propias autoridades municipales” escribe el analista tamaulipeco Carlos López Arriaga.
Esto, volviendo a Monterrey, donde la caja de préstamos para los empleados del municipio fue tomada por asalto y controlada por un cártel que se quedaba con los préstamos… Y los empleados tenían que pagarlos.
Y ahora, para granjearse la “buena voluntad” de los medios adictos a Colosio, embelesado con la campaña que vienen, me dicen que a los periodistas proveedores les adelantaron los pagos de sus contratos de publicidad hasta Semana Santa. ¡Qué buen aguinaldo!
Pero si Colosio con este disimulo cree que se va a ganar la buena voluntad de los sindicatos, pues que siga soñando.
