Por Obed Campos
En el PAN de Nuevo León andan como locos y locas, me dicen, en busca de la fuente que me pasó en bruto el video que pone en evidencia a Jesús Policarpo Flores Peña, el porril líder de ese partido en Monterrey, cuando intentó dar una encerrona a policías, funcionarios y hasta panistas protestantes, durante los disturbios en la Tesorería del pasado 14 de diciembre.
El video de marras yo lo subí y compartí en mis redes sociales y, como le cuento, ahí se ve claro la actitud troglodita de Flores Peña, quien no supo ni siquiera hacer el nudo para amarrar la puerta de cristal.
En cuanto a los panist@s cazador@s de reporteros anónimos, pues les deseo mucha suerte en su búsqueda, pero les advierto: a lo mejor están durmiendo con el enemigo.
Otro desesperado por saber la “veldá” es el ingenuo Daniel Carrillo Martínez, quien a veces se cree el cuento de que la silla de la alcaldía de San Nicolás le pertenece, cuando todo mundo sabe que nada más está ahí calentándola.
Pero el caso del Poli es más grave porque, me cuentan, hay un acta ya por integrarse en una averiguación previa ante el Ministerio Público, que incluye presuntos delitos como el de sedición y daño en propiedad pública, así como pandillerismo.
Era obvio que la calamidad no se iba a quedar así como así y que habría una denuncia de por medio, para eso son las leyes.
ME RECLAMAN
Al exponer lo vulnerables que son los sistemas de seguridad de los penales de la Ciudad de México, Jalisco y Tamaulipas, desde donde se producen casi el 97 por ciento de las llamadas de extorsión e intimidatorias, alguien me reclamó que por qué no puse que dichas llamadas no salen de las cárceles de Nuevo León. Y pues no lo puse porque al menos en nuestros reclusorios eso no sucede.
Esperemos que la autoridad pronto haga su trabajo.