Por Francisco Tijerina Elguezabal
La misión de un gobierno no debe centrarse en únicamente dar servicios y conducir los destinos de una comunidad, no debe quedar en la planeación del desarrollo urbano, sino en tener y mantener siempre a las personas como el eje de todo.
Cada vez con más frecuencia es posible observar la manera en que los municipios amplían su cartera de apoyos a la ciudadanía, brindando opciones que verdaderamente cambian vidas.
Igual de importante que la detección oportuna de un cáncer de seno es el apoyar a quien no tiene los recursos suficientes para una consulta oftalmológica y mandar hacerse un par de anteojos; para quienes necesitamos lentes, la vida es totalmente distinta con ellos y sin ellos.
Por eso me ha dado un enorme gusto leer que en Guadalupe la alcaldesa Cristina Díaz ha puesto en marcha un programa de apoyo de tratamientos dentales; no es la simple consulta para quitar caries y enseñarte a cepillar los dientes, es brindarte lo necesario para que puedas lucir una sonrisa, lo que transforma diametralmente la vida de quien no tiene con qué hacerlo.
Porque igual que ocurre con las prótesis de seno para las mujeres que requieren de alguna y que son fabricadas por otras mujeres de manera artesanal en el mismo municipio, los beneficios ahora se amplían para quienes necesitan atender su dentadura. El impacto en la autoestima de estas personas no tiene medida y sí, les cambia la vida.
Es increíble cómo un pequeño “empujón” modifica el carácter y actitud, cómo un simple detalle puede ser el factor de cambio. Puede que sea algo mínimo, pero para quien lo padece y, sobre todo, no puede costearlo, es la diferencia entre vivir plenamente y sufrir la vida.