Por José Jaime Ruiz
Caput mortuum, la cabeza muerta literal, electoral y políticamente, aunque una de sus acepciones originales se refiera a esa “expresión de la antigua química para designar el residuo seco del calentamiento de ciertas sustancias en el alambique”. El PRIAN en Nuevo León es cabeza muerta, o casi, y asistimos a su agonía, a sus estertores y, aunque quieren alejarse de su extinción, la muerte política los acecha.
Un pasaje de Filón de Alejandría podría, metafóricamente, precisar el augurio 2024 del PRI y el PAN (el elefante) y sus líderes o capos (las serpientes) Francisco Cienfuegos, Adrián de la Garza y Zeferino Salgado. Nos dice el exégeta hebreo en “Sobre la indestructibilidad del mundo” (De aeternitate mundi):
“Algo semejante dicen que les pasa a las serpientes que se crían en la India. Estas, en efecto, deslízanse sobre los más grandes de los animales, los elefantes, enroscándose en torno de la espalda y del vientre todo, y tras hacer una incisión en la vena a su alcance beben la sangre succionándola insaciablemente con violenta respiración y fuerte silbido. Durante cierto tiempo los elefantes resisten con progresivo agotamiento, saltando a causa de su impotencia y golpeando sus costados con la trompa con el propósito de alcanzar a las serpientes; luego como su poder vital no cesa de consumirse, ya no pueden seguir saltando y se quedan temblando. Así pasa mucho tiempo sin que sus patas pierdan toda su fuerza y entonces en medio de estertores caen a causa de la falta de sangre y mueren. Pero al caer hacen perecer también a la (s) causante (s) de su muerte”.
El PRI y el PAN se convirtieron en elefantes, la sedimentación pétrea los inmovilizó y, después del desastre del sexenio de Rodrigo Medina de la Cruz, se paralizaron por los intereses de sus capos. Al sedimentarse, fragmentos activos buscaron otros recipientes, así Tatiana Clouthier Judith Díaz, Alfonso Robledo, Abel Guerra, Héctor Gutiérrez de la Garza, Clara Luz Flores y un largo y profundamente crítico etcétera. Si a la sedimentación le sigue la decantación, los capos no llegaron nunca, ni quisieron, ese salto cualitativo.
La serpientes devenidas en Chefo, Paco y Adrián chuparon a sus partidos, los paralizaron, la caída, desde la metáfora electoral, también los aplastará: caput mortuum. Leer los signos, las señales, no es difícil. Mientras el gobernador Samuel Alejandro García Sepúlveda se empodera con el presupuesto, los “prianistas” cupulares y sus malogrados alcaldes, pierden presupuesto, es decir, negocios con la obra pública y con el uso electoral del erario.
La incorporación de Raúl Lozano a la bancada de Movimiento Ciudadano le arrebata al PRIAN su cuasi monopolio legislativo transexenal. Las suplencias de Alhinna Vargas y Waldo Fernández, si se logran, le darán más poder al gobernador en el Legislativo de Nuevo León. Así, por primera vez en años, el PRIAN dejará de usar al Congreso como medio de chantaje contra el Ejecutivo y contra los ciudadanos.
Adrián de la Garza no volverá a ser procurador-fiscal del Gobierno del Estado de Nuevo León. Antes, Samuel Alejandro pactará con el encargado en funciones Pedro Arce, lo cual parece que está sucediendo por la conveniencia, de nuevo, del presupuesto (siempre hay que seguir la ruta del dinero): “Ya estamos alineados… yo celebro que la Fiscalía, a pesar de las vicisitudes políticas, Pedro ande muy alineado ya al tema de seguridad, y en el inter seguiremos trabajando”.
Por último, Arturo Salinas sigue en la mira. Tomar protesta como gobernador interino fu su peor jugada política… y pagará por ella. Su ilegalidad no quedará impune. ¿Cómo puede administrar legalmente justicia quién viola la ley? “No solo José Arturo Salinas Garza, como presidente del TSJ, está a disposición del PAN, sino del PRI, ya que hay que recordar que estos dos partidos están unidos en el Congreso para aprobar acuerdos a su conveniencia», acusaron los colegios de abogados de Nuevo León.
La eutanasia no se encuentra en el horizonte del PRIAN, en todo caso la agonía política, el estertor electoral, caput mortuum. En este cementerio de elefantes las serpientes mueren aplastadas.