Por José Jaime Ruiz
Caput mortuum, la cabeza muerta literal, electoral y políticamente, aunque una de sus acepciones originales se refiera a esa “expresión de la antigua química para designar el residuo seco del calentamiento de ciertas sustancias en el alambique”. El PRIAN en Nuevo León es cabeza muerta, o casi, y asistimos a su agonía, a sus estertores y, aunque quieren alejarse de su extinción, la muerte política los acecha…