Aunque ha hecho declaraciones que fueron presentadas por Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia como evidencia de un intento de genocidio, junto a las de varios de sus más importantes aliados, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu ahora les pidió “aprender a mantenerse callados y no decir cosas de las que se arrepentirán el día siguiente”; publica MILENIO.
En la misma reunión privada de gabinete de Gobierno, del martes 9, la fiscal general Gali Baharav-Miara sostuvo que dichos como esos “les dan base a quienes nos desean el mal, ya que van contra la legislación internacional y son interpretados como crímenes de guerra”.
“Me sostengo”, respondió sin embargo el diputado Nissim Vaturi, del Likud, el partido de Netanyahu, el miércoles 10 en una entrevista en la radio Kol Barama: “es mejor quemar, destruir edificios, a que hieran a nuestros soldados”. Cuestionado sobre la población civil, respondió: “No tengo piedad por gente como esa [los palestinos]”.
En la prensa local se debate si Israel será puesto en la lista de Bosnia, Ruanda y la Alemania nazi porque sus altos funcionarios se han puesto la soga al cuello, al aportar pruebas con el discurso público de que lo que está haciendo su ejército en Gaza no es una operación en legítima defensa sino un genocidio o intento de genocidio.
Las primeras audiencias en la Corte de La Haya comenzaron el jueves 11 de enero y continuarán el viernes 12. En la exposición inaugural Sudáfrica acusó a Israel de sostener un “patrón de conducta genocida” en la Franja de Gaza, el cual incluye “asesinatos en masa” y “desplazamientos forzados”.
En tanto, políticos y figuras mediáticas se reivindican o justifican en lo dicho, mientras que aquellos que están en contra del exterminio son acosados, como plantea la periodista Allison Kaplan Sommer. En un artículo en el periódico Haaretz que titula “En Israel, a los políticos solo se les permite hablar del genocidio si lo apoyan”, informa que 70 diputados (de un total de 120) firmaron una petición para expulsar del parlamento al legislador izquierdista judío Ofer Cassif por manifestar su respaldo a la acusación contra Israel.
Intención genocida
Los expertos señalan que el haber causado decenas de miles de muertos, desaparecidos y heridos en Gaza (que en conjunto, según el Monitor Euro-Mediterráneo de Derechos Humanos, en solo tres meses de guerra equivalen ya al 4 por ciento de la población), el desplazamiento del 90 por ciento de los gazatíes y la destrucción de la habitabilidad en el norte de la Franja, no constituyen evidencia suficiente de genocidio ante la ley internacional, porque no es cuestión de números, sino de demostrar la intención de destruir total o parcialmente a un grupo humano.
Israel se defiende alegando que sus actos están justificados por su derecho a la defensa propia, necesarios en su objetivo de erradicar a la milicia Hamás y no dirigidos contra la población civil, pues “estamos innovando en formas de defender el derecho internacional, incluidos los principios de proporcionalidad, precaución y distinción”, sostuvo el portavoz del gobierno israelí Eylon Levy.
“Por eso pasamos semanas instando a los residentes del norte de Gaza a evacuar antes de la ofensiva terrestre” y “aseguramos corredores humanitarios para que los civiles puedan escapar de Hamás”.
Sin embargo, el punto débil de la narrativa del gobierno está dentro de él mismo. “El caso de genocidio de Gaza ante la CIJ tiene un aliado involuntario: políticos israelíes”, sostiene en un artículo en Haaretz el experto y diplomático israelí Alon Pinkas
Hablan hasta de bombas nucleares
Hay tantos “aliados involuntarios”, con tantos ejemplos de declaraciones autoincriminantes, que cada analista puede hacer compilaciones originales. Son “los genios que pueblan la coalición gobernante” quienes “le están ofreciendo a la CIJ y a Sudáfrica un amicus curiae no solicitado”, señaló Pinkas, quien mencionó varios casos: “el del ministro Amihai Eliyahu, que dijo que lanzar una bomba nuclear sobre Gaza era una opción.
Otros simplemente opinaron que ‘todos [en Gaza] deberían ser aniquilados’. Varios ministros –en particular los fanáticos mesiánicos Bezalel Smotrich e Itamar Ben-Gvir– propusieron desplazar a 2.2 millones de palestinos de Gaza”.
“El ministro de Defensa, Yoav Gallant, anunció que Gaza no recibiría alimentos, electricidad ni combustible, y un exgeneral dijo que ‘el hambre es la única manera de eliminar el gobierno de Hamas’. Luego vino el propio Sr. Netanyahu, quien citó Deuteronomio 25:17:
“Recuerda lo que Amalek te hizo”. Dos versículos después, la Biblia dice que “borrarás la memoria de Amalek”. Más adelante, en el Libro de Samuel, el Señor Todopoderoso dice: “Ahora ve y hiere a Amalek, y destruye por completo todo lo que tiene’”.
“¿Por qué esto es importante en este momento?”, se pregunta Pinkas. “Porque no es solo una sátira política. Estas declaraciones tontas e imprudentes están a punto de ser utilizadas contra Israel en La Haya como parte de la solicitud de Sudáfrica. El argumento ‘vamos, estos son imbéciles que solo están hablando’, no es un enfoque legal potente”.
En el portal The Times of Israel, la académica Susie Blecher ilustró otro aspecto del ambiente público: “En redes sociales, abundan los videos de soldados israelíes plantando banderas en las playas de Gaza, cantando sobre colonizarla, vandalizando hogares, tiendas y sitios religiosos, abusando de civiles y golpeando prisioneros”. También con consecuencias del otro lado:
“Lo que es igualmente preocupante, es el daño que le están haciendo al estado mental del público israelí, que se acostumbra a escuchar que se describa a los palestinos como animales sedientos de sangre y se insensibiliza ante los llamados a destruirlos o, en el escenario más ‘humano’, a expulsarlos de sus tierras”.
Echar a los promotores de genocidio
“La estrategia de defensa de Israel será demostrar que está haciendo todo lo posible para evitar daños a civiles inocentes, que con frecuencia permite la entrada de ayuda humanitaria a la Franja y únicamente actúa contra Hamás”, señaló el diario Haaretz en un editorial institucional.
Pero la forma más efectiva de impedir que se demuestre la intencionalidad de genocidio, continúa el periódico, es “sacar del gobierno a quienes incitan a crímenes de guerra. Esta es la única manera de persuadir al mundo de que las ideas trastornadas que están difundiendo no reflejan la realidad. Esto debe hacerse con urgencia, antes de que provoquen que la posición de Israel se deteriore hasta convertirse en la de un criminal de guerra”.
Imagen portada: Especial | MILENIO