En el campamento militar de Israel se percibe el olor a carne cocinándose y los soldados se miran impacientes para que los maestros parrilleros comiencen a sacar los cortes argentinos.
En medio de los ataques desplegados en territorio palestino y de las presiones sociales por conseguir un trato con Hamás para la liberación de rehenes, los soldados israelíes aprovechan su día de descanso para relajarse y comer un asado argentino que organizan diversos voluntarios de Latinoamérica; reportó MILENIO.
Los preparativos comienzan muy temprano por la tarde cuando un grupo de al menos 30 personas llegan con asadores, bolsas de carbón, alimentos preparados y cortes de carne argentinos para preparar el ritual social que más allá de la comida, busca crear camaradería entre los comensales.
“Es un grupo de gente que deja su rutina diaria, corta su día de trabajo para convertirse en voluntarios y traerles un pedazo de carne. No solo es la comida, sino la sensación de un grupo de gentes que viaja hasta acá con parrillas para traerles un poco de calor de hogar”, explicó el fundador del Jaialim del Asado, Ariel Akaché.
El argentino radicado en Israel señaló que para el pueblo de Israel es de vital importancia apoyar a sus tropas armadas para mantener la tranquilidad de en su país y poder rescatar a las personas que todavía siguen bajo el secuestro terrorista de Hamás.
Antes de comenzar a preparar los alimentos, Akaché, de origen argentino y radicado en Israel desde hace más de cinco años, organiza a todos los voluntarios y les encomienda diversas tareas que pueden ser desde ser parrilleros, cortadores de alimentos, meseros y hasta animadores.
Mientras el grupo de voluntarios prende el carbón y prepara el festín, los soldados que pertenecen a un pelotón de reserva comienzan a llegar al lugar y se ponen cómodos escuchando música y toman una cerveza mientras conversan entre ellos sobre temas diferentes al conflicto armado.
En el campamento militar se percibe el olor a carne cocinando y los soldados se miran impacientes para que los maestros parrilleros comiencen a sacar los cortes argentinos del carbón y los puedan comer tras casi 45 minutos de espera.
Tras recibir el llamado de los organizadores para que tomen su asiento en un amplio comedor habilitado para por lo menos 100 personas, los soldados cumplen el llamado como si fuera una orden de trabajo, y en menos de tres minutos todos esperan sentados frente a sus platos.
Marcela, una mujer de origen uruguayo comienza su camino desde la parrilla hasta el comedor y al entrar a escena, los elementos del ejército israelí la reciben con aplausos y gritos de euforia. Tras pasar la primera ola de emoción, los soldados comienzan a cantar una canción tradicional israelí antes de comer los cortes al carbón.
Tras la experiencia, un soldado que se encontraba bailando y tomando un cerveza agradeció la atención brindada por los voluntarios del Jaialim del Asado: “Muchas gracias por todo lo que han hecho esta noche, estamos muy agradecidos los soldados del batallón 190, de verdad ha sido una gran noche”.
La iniciativa de preparar un asado a las tropas israelíes nación de la necesidad de un padre de familia de poder ver a su hijo que había sido enlistado en las fuerzas armadas de Israel.
“Es un proyecto voluntario que comenzó con cuatro amigos en un café poco menos de un mes de haber comenzado el conflicto. Uno de los amigos comentó que no había visto a su hijo desde el inicio del conflicto y como chiste le comentamos ‘y por qué no le llevas un asado’ y así se dio esta idea loca”, explicó Akaché.
Los fondos para que estos asados se puedan llevar acabo provienen de las donaciones que recibe el Jaialim del Asado de manera directa con sus integrantes o desde la página web charidy.com, en el que hasta el momento han logrado recaudar alrededor de 60 mil dólares en lo que va del conflicto; señaló MILENIO.
Imagen Portada: MILENIO.