Noticias en Monterrey

Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Los tardígrados de la política

Por José Francisco Villarreal

Como seguramente nadie en mi familia cumplirá mi última voluntad de incinerarme, de preferencia ya muerto, me he interesado mucho por la naturaleza, su alquimia perfecta. Me interesa saber qué pasará con ese costal de materia que ya no seré yo, cómo se reintegrará a la tierra, en dónde guardará Gaia el molde para reconstruir mi apariencia el día del Juicio Final. En esas andanzas documentales me encontré con un bicho muy interesante, un ejemplo de persistencia. Se llama genéricamente “tardígrado”, aunque le apodan “oso de agua”. El animalito casi microscópico es la pereza sobre cuatro pares de patas, aunque sólo usa seis para caminar, y dos para aferrarse a lo que sea. Es capaz de resistir condiciones extremas. De vez en cuando, si el entorno es hostil, se toma una siesta de algunos años, mientras el tiempo mejora. Su vida es envidiable, no hace otra cosa que comer, excretar y reproducirse. Ni siquiera se molesta en respirar o hacer cualquier otra vulgaridad necesaria para la vida humana. Si agregamos que son bastante voraces, ya sea succionando su alimento, son también una metáfora perfecta de un político mexicano. Dicen que son tan aferrados y enconosos, que los han encontrado en el fuselaje de naves espaciales que retornan a la Tierra…, tardígrados, no políticos. 

En esas andaba cuando noté la curiosa casualidad de que una suerte de tardígrado de la política mexicana Ernesto Zedillo Ponce de León, estuvo de visita en México. Persistente como “oso de agua”, el expresidente, tal vez el más nefasto que hayamos padecido, estuvo dando una conferencia ante un público especializado, junto a su par español, José María Aznar. Tan malo el pinto como el colorado. Según los que anduvieron tratando de cazar la nota, la seguridad en el lugar de la conferencia fue extrema, y específicamente alrededor de Zedillo. Tanto así que aseguran que no fue una conferencia presencial, sino transmitida desde otra sala del recinto al espacio del auditorio. Ni hablar de verlo alguna vez caminar por la Alameda Central. Seguro sabe que la gente ya sabe la clase de anticristo tropical que es, y el enorme daño que causó al país. Creo que el mismísimo “innombrable”, Carlos “Voldemort” Salinas sería mejor visto que Zedillo.

Zedillo, el más grande vendedor de los bienes nacionales, más que Santa Anna, dijo que él no es neoliberal sino liberal clásico, decimonónico. No creo que haya alguien que se lo crea, si a la hora de hacer un recuento sobre la implantación del neoliberalismo en México, fue muchísimo más eficiente que Salinas.

Y todavía se atreve a intentar asustar con el “coco” del populismo, que no es lo mismo que demagogia y cuando ahora mismo, su antítesis, el elitismo, hace uso precisamente de la demagogia para tratar de imponerse. No sé a qué vino Zedillo a México. No tiene nada que enseñar sobre economía ni sobre política. No sólo los mexicanos lo sabemos, ya debe ser del dominio público mundial, la forma como destrozó la economía del país y la brutalidad con la que reprimió movimientos sociales. Aunque desde la perspectiva fantástica de la derecha opositora, deben verlo como un santo mártir. Tal vez vino a festejar que se vio cumplido su sueño de ver unidos al PAN y al PRI, porque eso de que Fox fue presidente por la voluntad del pueblo, no puede ser posible en una época en la que el presidencialismo dictaba la sucesión, cuando el PRI tenía todas las ventajas en la organización de campañas y toda la experiencia en la mapachería electoral.

Insisto, no sé a qué vino Zedillo justo en este momento. Tal vez a hacer acuerdos cupulares en la clase empresarial, sabrá Dios con qué malignas intenciones. Tal vez sólo a agitar las plumas del pavorreal de la ultraderecha. Si acaso me da un poco de recelo el que aparezca justo cuando los partidos cardiacos empiezan a anunciar sus propuestas plurinominales para el Congreso de la Unión. Esa es la verdadera batalla, el Armagedón de estas elecciones. Sin embargo, hasta en eso se inicia con el despliegue de todo género de tardígrados, más listos que los “osos de agua” porque no se resignan a esperar mejores tiempos. Hay de todo en los “pluris” cardiacos: desde prófugos y premiados, hasta traidores y resucitados. Lo más notorio es que cada vez más demuestran que no son opciones democráticas. Una y otra vez, desde la selección de su candidata presidencial, han prometido procesos democráticos pero los han incumplido todos. Hasta el más tonto puede darse cuenta que algunos sólo tratan de atrincherarse en el fuero.

Precisamente deslizan como “pluris” a aquellos por los que ningún ciudadano cuerdo votaría. 

Pero hay algo más en esta pasarela de innombrables. Si el frente cardiaco tenía la ilusión de engatusar a los jóvenes electores, con ese cartel está firmando el acta de divorcio. No hay uno sólo que se identifique con los jóvenes, todos son cartuchos muy quemados; en cambio los jóvenes sí pueden identificarlos a ellos. Son los mismos, el epítome de la corrupción, el cinismo y la inmoralidad. Son un grupo de amigos, compadres, cómplices, que no tienen ningún mérito político y ninguna presencia popular. Son, y esto sí me revienta el hígado, los culpables de que la democracia mexicana avance a la pata coja, con una oposición descuartizada, la más mediocre que hemos tenido desde tiempos de Moctezuma. Son ellos, no otra cosa, los que están dejando al frente morenista como una opción sensata para los electores mexicanos. Y por si esto no bastara, doña Xóchitl amenaza con imitar a don Andrés con sus propias “mañaneras”; o medio mañaneras más bien, porque dice que va empezar a media mañana, después del almuerzo. Hace bien, porque necesitará tener la nota fresca de la mañanera original para poder hacer su parodia. Porque no creo que pueda hacer otra cosa con un equipo de campaña al que los medios de comunicación le han estado haciendo toda la chamba.

PD: A propósito de Zedillo. ¿Sí se acuerdan priistas y panistas que fue Zedillo el que “reformó” la Suprema Corte de Justicia de la Nación para deshacerse de todos los ministros y poner a sus incondicionales? Es decir, corrompió lo que debería ser incorruptible. Esta mafia togada que padecemos es también parte de su herencia. En alguna parte del edificio de la SCJN debe haber una capillita para que los ministros recen a San Ernesto.

Fuente:

Vía / Autor:

// José Francisco Villarreal

Etiquetas:

Compartir:

Autor: stafflostubos
Ver Más