Por José Jaime Ruiz
El ex diputado local y capo de la mafia del PRIAN, Francisco Cienfuegos, a pesar de su promesa, no estará en la boleta de las próximas elecciones. En efecto, no estará en la boleta, pero le compró un carísimo boleto a Alejandro Alito Moreno para ir en la fórmula de suplente de Manlio Fabio Beltrones para, según su cálculo, obtener fuero y evitar ser encarcelado por las indagatorias vigentes en su contra por parte de la Unidad de Inteligencia Financiera y la Fiscalía General de la República.
Paco Cienfuegos, en esta tentativa plurinominal, acompaña a priistas y panistas de larga cola, afilado colmillo y delincuenciales uñas: Manlio Fabio, Francisco García Cabeza de Vaca, Ricardo Anaya, Marko Cortés, Alejandro Moreno, Kenia López… la presunta ciudadanización de la candidatura de Xóchitl Gálvez es otra farsa, los dirigentes del PRIAN, de nuevo, agandallan las curules o el que parte y comparte…
Su defensa jurídica (un gasto enorme) se enfoca a lidiar con los señalamientos en su contra, tuvo que huir del país y se refugió en Canadá y Texas para evitar alguna orden de aprehensión, la paranoia lo rebasó y su rostro en meses pasados lo delataba como prófugo. Si tuviera la certeza de no haber cometido algún delito, nada temería. En sus traiciones están o se configurarán las fechorías (traicionó incluso la confianza de Jorge Mendoza al colocar cámaras de seguridad en la casa del directivo de TV Azteca para espiarlo).
Experto en el juego de la traición y la delación, Paco trata de blindarse con una “pluri”, mientras a sus subalternos los hace competir contra los bien posicionados partidos como Morena y Movimiento Ciudadano. Cienfuegos amarra, compra, o trata de comprar su impunidad y quienes pelearán por el Senado (Karina Barrón, Martín López), los dejará chiflando en la loma frente a las fórmulas que verdaderamente importan: Martha Herrera, Waldo Fernández, Luis Donaldo Colosio y Judith Díaz. La vieja política y el viejo PRIAN: obtener la impunidad, el fuero, a toda costa.