Por José Jaime Ruiz
Dijo Eduardo Galeano que son «medios de comunicación que confunden la libertad de expresión con la libertad de presión». Así el Cártel del Chayote, así Jorge Ramos, así Brozo (a) Víctor Trujillo, así Azucena Uresti, así Carlos Loret de Mola, así y así tantos otros.
En 2006 no les funcionó que Andrés Manuel López Obrador fuera un peligro para México porque ganó esa elección y la oligarquía impuso, tétricamente, a Felipe Calderón. En 2018 tampoco funcionó que México se convertiría en Venezuela, todos los índices económicos y democráticos dicen lo contrario. En 2024 tampoco les funciona su narrativa de inseguridad con la presunta elección de Estado, con las cifras sin contexto, con “te van a quitar tu casa”, con democracia o dictadura.
En la desafinada orquestación del tema de la inseguridad en el país participan prominentes y no tan destacados miembros del Cártel del Chayo. El fin de semana le tocó a Brozo, (a) Víctor Trujillo. En la Mañanera de este lunes 29 enero a Jorge Ramos: “Los números de muertos en su gobierno es mucho mayor. Han muerto más que con Peña Nieto y Calderón. Puede reconocer que su estrategia de militarización ha fracasado, ha traído más violencia. ¿Qué recomendaría al próximo presidente o presidenta?”.
En el contexto del territorio mexicano, al cual no se acerca Jorge Ramos, se encuentra, por ejemplo, el caso de Guanajuato con la mayor cantidad de homicidios, un estado gobernado por panistas con un fiscal que lleva lustros como jefe de plaza, que no procura justicia sino que funciona con capo local para que siga la delincuencia institucionalizada.
Los malabaristas del cochupo ni hacen periodismo de investigación ni representan a los periodistas muertos por el narco o por los caciques locales.
Hipócritas, usan la libertad de expresión como libertad de presión… aunque salgan apaleados.
Por otro lado, Brozo disfruta su libertad de expresión para ejercer su libertad de presión. No logra presionar a nadie, lo suyo es un discurso agotado, vacuo. Pintarle el dedo a quienes no piensan como él no sólo es intolerancia sino agresión porque promueve la violencia entre sus seguidores. Cuando termina el argumento, nace la provocación, el insulto, la mentira, el Cártel del Chayo en su máxima expresión. Alharaca, gritos, sombrerazos de pollos pelones, pero ya viene Claudio X. González a echarles su maiz. Por cierto, ¿ya leyeron la reciente encuesta del periódico El País?
