Por Obed Campos
La doctora Claudia Sheinbaum Pardo, alias la candidata de Morena a la Presidencia de la República, hizo gala de fuerza y de buen juicio y designó a su secretario particular, Carlos Augusto Morales, como sus ojos y oídos en Nuevo León, donde lo que faltaba era ese manotazo sobre la mesa, sinceramente.
Morales es el responsable de ponerle claridad y transparencia al proceso interno de Morena en la entidad en cuestión de candidaturas a alcaldes y diputados locales y ver los periquitos y los detallitos de la precampaña y luego la campaña.
Pero como todo el mundo anda embobado conque si la “Tía Tatis” se viene a competir por la alcaldía de Monterrey, cosa que también es muy importante, pues nadie se enteró o se quiso enterar que Morales fue compañero de Clara Luz Flores en la Secretaría de Seguridad Nacional.
Tampoco ha trascendido lo allegado que es la secretaria Rosa Icela Rodríguez Velázquez y por supuesto la confianza que le tiene Claudia.
Los maloras de Morena NL andan diciendo que con este nombramiento ya le quitaron a Viridiana Lorelei Hernández y a Waldo Fernández el discurso ese de presentarse como dueños de vidas y haciendas en el partido de López, es decir, propietarios del dedazo en la entidad.
En esa misma faena, probablemente desde la capital les estiraron las riendas y les aclararon que la doctora Sheinbaum dispuso que son cuatro los integrantes de la nueva “Mesa de Negociación NL”: Augusto Morales, Viridiana Lorelei Hernández, Waldo Fernández y Clara Luz Flores y que el voto de calidad lo dará la doctora basándose en las encuestas y en resultados palpables, no en amistades de grupos.
La jornada de chamba acabó al pardear para la esposa de Abel Guerra, quien no se esperaba que su esposo y amigos le habían organizado una reunión para festejar su cumpleaños.
Clara supo hasta última hora que en la cantada de mañanitas y rebanadas de pastel, lo mismo habría políticos que empresarios y gente de alta alcurnia de la grilla, e intelectuales. Eso sí, mucha grilla de todos los niveles.