Por José Jaime Ruiz
“Ufff! Parece que la próxima cortina de humo deberá contener algo extraterrestre, satánico o sobrenatural, para poder distraer al respetable público conocedor”, postea Víctor Trujillo (a) Brozo acerca de la “información” dada a conocer por el portal ProPublica.
Las cajas chinas, las cortinas de humo no vienen de la 4T, se construyen desde el nado sincronizado para distraer al respetable del derrumbe de la candidatura de la priista Xóchitl Gálvez: “Los malos priistas ya se fueron, se quedaron los que creen en México y yo les quiero decir que los necesito, los necesito en la calle… necesito la experiencia y la fuerza de Alito porque vaya que es un cabrón”.
El artículo de Tim Golden, sin ninguna evidencia, prueba o comprobación de hechos, asegura que el Cártel de Sinaloa financió la campaña electoral de Andrés Manuel López Obrador del 2006. Anabel Hernández, prominente miembro del Cártel del Chayo, “olvida” que hace tiempo dijo con absoluta certeza que nada de corrupción le había encontrado a AMLO.
Envilecida, hoy Hernández se defiende, pero no muestra ninguna evidencia sobre la relación de cercanos de López Obrador con el Cártel de Sinaloa o la Barbie: “No solo tengo esto, tengo todo tipo de informaciones, me tardé muchísimo cuando tuve la información tuve que bajar al infierno”.
Doble elección, la de Estados Unidos y la de México. El artículo de marras sirve para abonar al endurecimiento republicano no sólo en su “lucha” contra las drogas sino también en el tema migratorio. De este lado de la frontera de cristal, se utiliza para atacar a Andrés Manuel, la 4T y la candidatura de Claudia Sheinbaum bajo el insulso argumento de “todos son iguales” y usar el mismo rasero para AMLO y Felipe Calderón.
A las histriónicas pompas de jabón hay que mirarlas con ternura. Mentiras, fakes, posverdades. Narrativa de cortometraje o simples videoclips, no duran lo que duran las encuestas: su tendencia es morir sin tendencia, sin largo aliento. Pompas de tres días o menos. Así la mentira del gasolinazo a principios de enero; así el montaje de Carlos Loret de Mola y los hijos del presidente; así el tragicómico “democracia o dictadura” de Brozo (a) Víctor Trujillo; así la caja china de la inseguridad y la violencia en México de Jorge Ramos; así el “periodismo de oídas” de Anabel Hernández.
¿No tuvo que despedir la DEA a su director en México, Nicholas Palmeri, por sus vínculos con abogados del narco? Auditada después de 50 años, se revelaron las “irregularidades” de la Agencia de Administración para el Control de Drogas: sobornos, robos, fiestas, escándalos, filtración de información y sus vínculos con el narco y el crimen organizado.
¿Talleyrand?: “Hay una cosa más terrible que la calumnia: la verdad”. Y aquí lo terrible para la derecha, lo espeluznante para el conservadurismo y la oligarquía, lo atroz para Claudio X. González, Alejandro Moreno, Marko Cortés, Vicente Fox y Felipe Calderón es la verdad: el derrumbe acelerado de Xóchitl Gálvez.
Anabel Hernández, miembro activo del Cártel del Chayote, bajó al infierno. Nadie le advirtió que para ese descenso es necesario ser pagano. ¿Tú le crees a los engañabobos del Cártel del Chayo? ¡Yo tampoco!
