Por José Jaime Ruiz
Dos sustantivos definen al PRIAN: corrupción e impunidad. Francisco Cienfuegos, Zeferino Salgado y su empleado, Carlos de la Fuente, con sus movimientos políticos y administrativos, tratan de secuestrar la vida pública de Nuevo León. Si la corrupción los habita, requieren legalizar la impunidad. Por eso sus esfuerzos cotidianos por enjuiciar políticamente al gobernador constitucional del estado libre y soberano de Nuevo León, Samuel Alejandro García Sepúlveda, por eso el uso faccioso de sus extensiones “institucionales”: la Auditoría Superior, el Tribunal Superior de Justicia, la Fiscalía General de Justicia y ahora pretenden arrebatar la Unidad de Inteligencia Financiera a la administración estatal.
Chefo, Chale y Paco necesitan blindarse luego de las indagatorias federales en su contra, por eso tratan de arrebatar la Unidad de Inteligencia Financiera. El mismo Carlos de la Fuente reconoce que su contador, que su apoderado legal en materia administrativa y contabilidad, fue asesinado por oscuros motivos.
La corrupción los hace y la impunidad los junta. No sólo Francisco Cienfuegos es investigado por la Unidad de Inteligencia Financiera federal y la Fiscalía General de la República, su empleado, Chale, también. A De la Fuente lo indaga la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada por enriquecimiento ilícito, delito fiscal y delincuencia, precisamente, organizada. Una y otra vez el PRIAN intenta tomar por asalto el gobierno de Samuel Alejandro y una y otra vez fracasan.
Expertos en marrullerías, ni le dan licencia a Waldo Fernández ni le toman protesta a José Alfredo Pérez Bernal como diputado; la sempiterna enferma Alhinna Vargas –convaleciente de PRIAN porque otra cosa en contra de su salud se desconoce– es usada y abusada por violencia política de género por su proxeneta político, Paco Cienfuegos, y tampoco le permiten llegar a su curul a Rosaura Guerra.
Al PRIAN se le vino el tiempo encima, la vida pública de Nuevo León seguirá judicializada en el lapso electoral y más allá. El problema para Chefo, Chale y Paco es que ya no mantendrán mayoría calificada en el próximo Congreso, la documentada corrupción en la que participan ya no tendrá el manto protector de la impunidad. De la Fuente y Cienfuegos, en los videos de sus redes, cada vez se articulan como aprehensivos, se expresan desesperados. Los gesticuladores saben bien que el crimen de corrupción es “prianista” de nacimiento.