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La marcha de los terraplenistas

Por José Francisco Villarreal

Estaba ayudando a mamá a moler unos tomates para hacer entomatadas, cuando escuché desde la TV parte de una nota, aderezada con comentarios por la conductora del noticiero y un reportero en un enlace. Era la invitación de asociaciones civiles a una marcha convocada para este 18 de febrero. Según los comentarios, se trata de defender la democracia, el arma sería el voto en las elecciones de 2024. Honestamente me alarmé mucho, porque no encontraba chiles jalapeños. Sin chile jalapeño y/o serrano, las entomatadas son muy sosas. De nada serviría despilfarrar recursos a mitad del mes gastando en un delicioso queso fresco de orgullosa estirpe potosina. Afortunadamente hallé un par escondidos entre la lechuga y el brócoli. Oí un poco más de la nota, pero me salvó el ruido de la licuadora, viejita, y más escandalosa que el fantástico trío de tres senadoras que amenizaba no hace mucho las sesiones de la Cámara Alta con su oratoria coordinada y delirante, un coro griego que envidiaría Aristófanes. Se fueron dos, regresó una. El trío ya es dueto. La otra se lanzó como solista. ¡Mucha suerte!

Lo poco que escuché de la nota en cuestión, básicamente en los comentarios, me pareció bastante pulcro. Nadie en su sano juicio cívico se opondría a una manifestación para defender a la democracia y, creo que eso oí, a las instituciones. Me recordó mucho la consigna de la tenebrosa Provida, algo así como una rama mística de la ultraderecha internacional, al convocar actos para la defensa de la vida. A simple vista es un acto encomiable, pero, como en el caso de la marcha por la democracia, Satanás está en los detalles. Tal vez en la nota completa se definiría mejor la naturaleza de esa marcha, pero mis entomatadas no me permitieron enterarme. Lo que no tenía necesidad de saber, porque ningún medio de comunicación tendría que decírmelo a mí y a muchos ciudadanos, es que la democracia en México puede tener algunos riesgos, pero el peligro no viene de donde nos dicen estas asociaciones. La premisa de la que parten ellos es la posibilidad de que el voto no sea libre. De ser así, esto sería un argumento que bien podría utilizarse por los partidos que pierdan y por los tribunales electorales para anular elecciones. El voto debe ser legítimo para poder legitimar una elección. En esto, estoy muy de acuerdo.

Antes de ver los puntos críticos que advierten las asociaciones convocantes, como mera rutina de cualquier mesa de redacción habría que ver qué tan legítima es la convocatoria y los convocantes. Como ciudadanos, todos tenemos la libertad para expresar nuestra opinión. Juntar opiniones coincidentes, refuerza nuestra convicción, así tengamos o no razón. Reunir varios grupos con opiniones coincidentes, también fortalece esa opinión, pero lo mismo, no la confirma como verdadera. Si bastara con hacer multitud para demostrar una verdad, ni imagino la cantidad de terraplenistas corriendo hacia el horizonte para llegar a la Luna o caer de bruces en el espacio. No es en la defensa de la democracia en donde hallo imprecisiones y falacias. Todos, del partido que sean, y con mayor razón los apartidistas, pueden defender la democracia manifestándose y deben hacerlo con su voto.

Aquí el problema empieza por las propias asociaciones. No sé si todas, pero una buena parte, se identifican políticamente con el empresario y presunto activista político, Claudio X. González.

Y este sujeto ha sido el promotor de un frente de partidos que hoy participan en el proceso electoral y que han desencadenado campañas reprobables contra el régimen, contra los partidos que lo formaron, y contra los ciudadanos en general; porque la mentira sistemática de este grupo opositor, podrá ofender al régimen pero está corrompiendo a la sociedad. Rascando un poco al tema “rosa” de la convocatoria, podríamos encontrar más vasos comunicantes que los prefiguran como activistas políticos con una filiación bien definida, y una candidata.

Revisando los motivos de la marcha, también hay temas muy “cordiales” que nos remiten a la oratoria rutinaria del frente cardiaco, es decir, una coalición política. Dicen que el voto no es libre si el gobierno mete las manos en las elecciones y usa dinero público para apoyar a su “candidata”. Y supongo que se refieren a Claudia, no a Bertha, y mucho menos a Máynez, que será muy efusivo en un partido de futbol, pero no hay dudas de su género natural y legal. No he sabido que una auditoría del INE haya encontrado elementos de ese desvío de recursos, es decir, hasta el momento eso es mentira. Además, el gobierno debe meter las manos para garantizar la seguridad de los comicios, tanto en campañas como en las elecciones. No nos hagamos gansos, ni patos, ni güeyes: la violencia del crimen organizado en esta temporada no es casual, y no está obligando a los ciudadanos a votar, los intimida para que no voten. Esto no favorece a los partidos oficialistas sino al bloque opositor. ¿O sea…? Y al señalar específicamente a una “candidata”, así, sin nombre, pero con obvia identidad, están haciendo campaña contra ella, es decir, a favor de los otros. ¿Es eso legal o por lo menos honesto?

Dicen estos grupos que el gobierno querría desaparecer el INE, controlar el TRIFE y someter a la SCJN. ¡Por Dios! No creo que este gobierno quiera desaparecer al INE, es necesario para los comicios. No sé si lo pretenda purgar, pero debería, porque el INE de Lorenzo Córdova demostró su parcialidad e incompetencia. Es necesario lavar con lejía al INE, no desaparecerlo. Ni hablar del TRIFE y la SCJN, la corrupción es evidente, sobre todo en la Suprema Corte, convertida en el bunker de intereses partidistas y empresariales, incluidos los cárteles criminales, que también son empresarios… y eventualmente podrían ser políticos. ¿Controlar? ¿Someter? Nada de eso. En todo caso, depurar, purificar y hasta exorcizar si es necesario.

Los convocantes dicen que el gobierno podría amenazar con que si la gente vota por la oposición, desaparecerían apoyos, pensiones y becas. No hay mucho que decir ante esto, excepto que el gobierno no tiene qué hacer eso, ¡todos ya pensamos eso! Tenemos años de ver cómo los partidos que estas asociaciones evidentemente apoyan, han sido expertos en desmantelar cualquier beneficio y derecho logrados por los ciudadanos. Son proverbialmente hábiles en incumplir promesas de campaña, y en explicar el “por qué no” sin intentar siquiera buscar el “como sí”.

El decálogo de estos marchantes advierte que la censura y amenaza a los medios esclavizaría al voto. Insisten en mentir. Nunca como ahora hubo tanta libertad de expresión en México, incluso hasta excesivamente, porque hay mentiras de los medios de comunicación que deberían ser sancionadas porque por favorecer a pequeños grupos afectan a toda la sociedad. Vale lo mismo cuando ponen en guardia a la gente sobre la propaganda para confundir. ¡Exacto! Eso es esta marcha, un botón de muestra de innumerables campañas que siembran confusión, casi todas originadas en esa oposición que promueven los “marchantes”. 

Ni hablar de las “encuestas falsas” cuando si comparamos todas, veríamos que las únicas que muestran considerables diferencias muy relativamente a favor de la candidata que obviamente apoyan en esta marcha, son precisamente las de alguna encuestadora que está relacionada con su campaña.

Pero la joya de este decálogo es que advierten que el voto no será libre si el gobierno amenaza o corrompe a los empresarios.

Supongo que sólo se quejan los empresarios que no han podido corromper al gobierno federal, como estaban acostumbrados. Porque económicamente, México escaló lugares entre las principales economías del mundo, aumentó radicalmente la inversión extranjera directa, disminuyeron los indicadores de pobreza, subió en preferencia turística… Esto no sucede en un país con empresarios amenazados. Y si hay empresarios inconformes con este progreso económico y social, no es porque no hayan sido beneficiados, sino porque quieren quedarse con todo.

Las entomatadas quedaron muy buenas, seis y un pilón. Pensaba yo, mientras me atacaba el “mal del puerco”, que estas asociaciones ya bien conocidas por su activismo político nos ponen el ejemplo. Todos deberíamos marchar en defensa de la democracia, el voto y las instituciones. Claudio X. y sus marchantes tienen razón. La democracia está en peligro, y el peligro son ellos. Estos terraplenistas sociales tienen todo el derecho a marchar en manada hacia el horizonte. Que lo hagan, y que no paren. Los demás, sigamos dando vueltas. La Luna sólo tiene una cara, pero la Tierra tiene muchas, y México apenas está mostrando al mundo la suya. Y estos quieren ponerle un antifaz…

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Vía / Autor:

// José Francisco Villarreal

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Autor: stafflostubos
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