Por José Jaime Ruiz
Xóchitl negando la cruz de su parroquia…
No sólo cleptócratas, también kakistócratas, nunca demócratas. La corrupción, el robo, el saqueo, fueron sus divisas; la ineptitud su estilo personal de gobernar. Neoliberales oligárquicos, despreciaron al pueblo, hundieron la economía, privatizaron los bienes públicos y rescataron los bienes privados.
Miguel de la Madrid habló de renovación moral y heredó la presidencia al renovador inmoral, Carlos Salinas de Gortari; Ernesto Zedillo hundió al país, pero le dio alas a los oligarcas; Vicente Fox terminó siendo caricatura del cambio y se inventó un PRIAN con lo mismo; Felipe Calderón masacró, económica y literalmente, al país y lo premiaron en Iberdrola; Enrique Peña Nieto hizo un hoyo en uno con México defendiendo que la corrupción era la aportación cultural mexicana a la humanidad. Unidos –y hundidos– de la mano marcharán presencial o virtualmente por la cleptocracia, por la kakistocracia: no sólo corruptos, peores, ineptos.
Todos los indicadores económicos demuestran un México históricamente diferente a partir de la 4T: inversión social, lucha contra la desigualdad, inversión extranjera, remesas, nuevo modelo educativo, salud pública, vivienda para los trabajadores, pago fiscal de los oligarcas, obra pública en el sureste, etcétera. No sólo lo anterior, también revolución de las conciencias, quizá lo más importante para la democracia.
En una frase: ¡Es el cambio de régimen, estúpidos!
Michelangelo Bovero, sin proponérselo, describió el sistema político mexicano, ese antiguo régimen que aún soltará sus estertores dominicales en el Zócalo:
“Así pues, imaginemos ver reunidos en un solo régimen, no los rasgos eminentes de las constituciones mejores, sino los más deplorables de las peores; no las virtudes de las formas de gobierno buenas, sino los vicios de las correspondientes formas corruptas. El resultado sería un ‘gobierno mixto’ exactamente opuesto al de la ‘receta’ de Polibio: no la ‘óptima república’, sino la ‘pésima república’, mucho peor, por suma de males que cualquiera de los regímenes simples corruptos, porque reuniría en sí las perversiones de todos. Sería el régimen más bajo en cuanto ‘gobierno de los peores’ de las diversas especies, recogidos y combinados juntos casi como ingredientes, no para una receta sanadora, de una fórmula benéfica, sino de un maleficio. Si quisiésemos darle un nombre, propondría llamarlo kakistocracia: precisamente el contrario de la aristocracia en el sentido más amplio y noble de ‘gobierno de los mejores’.”
El sistema político mexicano, en la época neoliberal, se caracterizó por la corrupción (los ejemplos abundan), el abuso de poder (Calderón), la falta de transparencia (incluyendo las partidas secretas), la violación de los derechos humanos (Zedillo, Calderón, Peña Nieto), el desprecio por la ley (la Suprema Corte de Justicia como extensión del Poder Ejecutivo y de los intereses fácticos: la delincuencia de cuello blanco y el narcotráfico), el deterioro de las instituciones públicas (el IFE/INE y “el haiga sido como haiga sido”).
La “marcha por la democracia” de Claudio X./óchitl es la marcha por la cleptocracia, por la kakistocracia donde los perversos y los incautos bailarán y se darán “la mano sin importarles la facha” en la plaza pública o en las redes sociales. Para amenizar el simulacro se creó el ambiente renovado de incertidumbre e inseguridad: la 4T coaligada con el narco, ergo, narcopresidente (Andrés Manuel López Obrador) y narcocandidata (Claudia Sheinbaum).
Bots sin votos, la fachosfera fue destrizada por la realidad (Francisco García Cabeza de Vaca). En la construcción de esta “narco/atmósfera” conspirativa participó la DEA y sus extensiones mediáticas, que van desde ProPublica (Tim Golden) hasta LatinUs a través de ese comunicador esciúrido llamado Carlos Loret de Mola.
La calumnia no llegó ni siquiera a ser percepción porque la verdad sí es relevante. Al desesperado no le importa hacer el ridículo, con dinero baila.
No es democracia o dictadura, quienes asesinaron la democracia marchan por la cleptocracia, por la kakistocracia, con una larga fila de seguidores incautos. “Si todo es la negación de la realidad y las fake news, pues seguirán en la nostalgia de lo que ya nunca será” (Sheinbaum). La marcha de Claudio X./óchitl o la marcha de los ladrones, de los peores, de los corruptos, de los ineptos. Aborígenes del viejo régimen, regresivos repulsivos, esa generación que quiso tomar la 4T por asalto… y falló.
¿Democracia o dictadura? Democracia o cleptocracia…
