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Por Carlos Chavarría

Una de las cualidades mas apreciadas en la civilización es la libertad de pensamiento. Dentro de los intrincados mecanismos de la mente y la conciencia, que todavía no se comprenden a cabalidad, todo insumo de información, evidente o subliminal, causa algún efecto buscado por algún emisor de la misma.

En los 70’s se incluían a los mensajes subliminales como una de las herramientas más usadas para manipular la conducta de las personas. Hoy los algoritmos de la ciencia o minería de datos han alcanzado sofisticaciones muy efectivas para modelar opiniones y emociones según lo que se desee obtener. [https://www.headmind.com/en/text-mining-sentiment-analysis/#:~:text=Definition,in%20online%20conversations%20and%20comments.]

Una sociedad con poca preparación para el pensamiento crítico se convierte en blanco fácil para los algoritmos del poder, sean públicos o privados y no existe un marco de acción que descubra, limite y castigue su uso. Por ejemplo, las campañas electorales son campo fértil para que se deforme y manipulen las intenciones de voto mediante las nuevas tecnologías de información. No hablamos de bots sino de tiros de precisión cognitiva diseñados mediante los patrones de conducta contenidos en el registro de datos de la actividad cotidiana de la sociedad.

La libertad de pensamiento incluye la de mantener nuestros pensamientos privados para que no seamos obligados a revelarlos; como también la libertad de adoctrinamiento o influencia en nuestra mente consciente o subconsciente a través de la manipulación; y una prohibición de penalizar por cualquier via a una persona por sus pensamientos u opiniones. [https://towardsdatascience.com/deep-learning-how-to-build-an-emotional-chatbot-part-1-bert-sentiment-predictor-3deebdb7ea30]

Quizás debido a la suposición de que nuestros pensamientos internos están más allá del alcance efectivo de la intervención estatal, el derecho a la libertad de pensamiento ha recibido poca atención en los tribunales y escaso análisis académico bajo el derecho internacional. Pero a medida que la tecnología y la ciencia desarrollan imágenes cada vez más claras de cómo funcionan nuestros procesos de pensamiento y cómo se pueden acceder, alterar y manipular, es hora de reflexionar sobre las necesidades prácticas de proteger la libertad de pensamiento en la realidad digital en rápida evolución del siglo XXI.

Hay varias áreas donde el uso de la tecnología con un alto impacto en la libertad de pensamiento ya se están usando incluyendo la política y las elecciones, la medicina, la vigilancia, las campañas públicas, la seguridad y la aplicación de la ley, la gestión de riesgos y seguros del sector privado, el marketing y la publicidad.

El uso de datos para leer y predecir nuestro carácter, pensamientos y cambios de humor es, sin duda, una interferencia en nuestro derecho a la libertad de pensamiento. Si bien podemos estar felices de compartir que nos gustó una publicación sobre Salvador Dalí y otra sobre gatitos, tal vez no nos sintamos tan cómodos con el hecho de que esta información sea analizada para revelar profundos rasgos psicológicos y el funcionamiento interno de nuestras mentes, que a su vez se utilizarán para decirnos cómo comportarnos o para decirle a otros cómo deberían tratarnos.

Además, la interpretación de nuestra actividad en línea no se limita a las elecciones conscientes y públicas que hacemos. No solo se registra lo que decimos que nos gusta al pulsar el botón «me gusta», sino también lo que miramos pero no elegimos «dar me gusta», solo veamos la cantidad de  tiempo que nos detenemos en un contenido determinado y las conversaciones que mantenemos cerca de nuestros dispositivos móviles.

En 2016, la idea detrás del proyecto de investigación sobre la alteración de estados emocionales a través de Facebook fue combinada con una investigación sobre perfilamiento psicológico en una técnica denominada “micro-segmentación conductual” que se presume fue usada en la campaña de Trump por la presidencia de los EEUU. La efectividad de la técnica fue cuestionada pero, el solo intento de accesar a nuestros pensamientos a nivel individual sin nuestro conocimiento y usar esa información para cambiar y tratar de manipular nuestros pensamientos, estados emocionales, opiniones y en general a nuestra conducta como electores nos da una idea de la magnitud del riesgo de manipulación al que se enfrenta la humanidad.[ https://www.knime.com/blog/sentiment-analysis]

La micro-segmentación conductual es particularmente preocupante porque apunta a interferir con nuestros pensamientos para obtener beneficios políticos y constituye una amenaza para los fundamentos de nuestras democracias. Sin embargo, el derecho a la libertad de pensamiento es absoluto, por lo que cualquier tecnología diseñada para manipular nuestra forma de pensar o sentir no debe ser permitida, independientemente del objetivo final.[ https://politicalmarketer.com/behavioral-segmentation-in-politics/#:~:text=Behavioral%20segmentation%20divides%20voters%20into%20groups%20based%20on%20their%20habits,essential%20tool%20for%20political%20marketers.]

Existe una necesidad urgente de que las leyes se pongan al corriente con la realidad tecnológica y brinde orientación sobre la frontera entre la persuasión legítima y la interferencia ilegal con el derecho a la libertad de pensamiento. Las consecuencias de permitir un desarrollo sin control en esta área serán profundas para nosotros como individuos y como sociedades democráticas.

Las amenazas a la libertad de pensamiento provienen tanto del sector privado, que desarrolla formas de monetizar el acceso a nuestras mentes, como de los organismos gubernamentales que buscan formas más eficientes de controlarnos y vigilarnos. Ambos tienen un fuerte interés en acceder a nuestros pensamientos, y la tecnología desarrollada para su uso en un área cualquiera siempre correrá siempre el riesgo de ser utilizada para propósitos más siniestros. [https://www.knime.com/blog/how-to-build-a-data-app-for-customer-segmentation].

Ya no se trata solo de las campañas negras o guerra sucia sino del abuso de la libertad en la web con el propósito muy claro de minar y distorsionar la voluntad de las personas induciendo a que sean las minorías los que decidan sobre el futuro en cualquier área.

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Vía / Autor:

// Carlos Chavarría

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Autor: stafflostubos
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