El Tribunal Electoral estableció que la venta de peluches con la figura ‘amlitos’ o de la candidata presidencial electa Claudia Sheinbaum, sí es válida en campañas sin que se contabilicen en la fiscalización de Morena, pero manteniendo la restricción de usar la imagen del presidente en mítines; reporta MILENIO.
Es decir, la imagen del presidente López Obrador en muñecos, caricaturas u otros artículos, no está prohibida si es por venta de terceros en las inmediaciones de los mítines de campaña. Pero sí se mantiene la restricción de su uso dentro de los eventos proselitistas y explotada directamente por un partido político, en este caso, Morena.
Después de que en el pasado proceso electoral, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación estableció que es indebido el uso de la imagen del presidente Andrés Manuel López Obrador en eventos de campaña, así sea en caricatura, por ser un funcionario público, el Consejo General del INE estableció a finales del año pasado que la venta de estos peluches también estaba prohibida en campañas o se contabilizaría como gastos de Morena.
Lo que el partido impugnó y este miércoles, la Sala Superior le dio la razón, al concluir que la determinación del INE es excesiva y que fue más allá pues incluso, violenta la libertad de trabajo y comercio.
El magistrado Felipe Fuentes presentó un proyecto en el que determinó que el INE implementó medidas que van más allá pues al tratarse de venta de terceros, esto es un beneficio para quien produce y comercializa, no para el partido.
Por lo que la venta en las inmediaciones de eventos de Morena, está amparada por el derecho al trabajo y la libertad de comercio, y destacaron que el INE incluso, exigía que para que el partido se deslindara de un posible beneficio, debía interponer demandas contra los vendedores.
“Las acciones señaladas por el INE como eficaces para los efectos del deslinde, como la interposición de juicios civiles en contra de las personas vendedoras y, en general, directrices que tienen como objetivo interrumpir las ventas o retirar a las personas vendedoras de los alrededores de los eventos proselitistas, trasgreden el ejercicio del derecho al libre comercio previsto en el artículo quinto de la norma suprema, ya que debe considerarse en principio, como una actividad comercial lícita”, indica el proyecto.
Fuentes Barrera destacó que es “peligrosa” la exigencia del INE de que “Morena identifique a los productores y vendedores de la propaganda utilitaria con la finalidad de invitarlos a dejar de producir y comercializar, y que en el caso de los espacios donde se controle el acceso por partido, este puede exigir que se retiren”.
El magistrado Felipe de la Mata Pizaña, autor de la sentencia que prohibió la imagen del presidente Andrés Manuel López Obrador en proceso electorales, es decir, la utilización de ‘amlitos’ como parte de los mítines de campaña, explicó que la venta de terceros es distinto.
“Me parece necesario partir de un supuesto básico: la producción de propagada utilitaria por personas ajenas a los partidos, por ejemplo, el caso de estos monitos o muñecos llamados popularmente “amlitos” es lícita. Es decir, estamos ante un producto lícito, es importante hacerlo notar. Cuestión muy distinta es la utilización de estos muñequitos o monitos directamente por el partido político, caso en el cual está prohibido, ya hay precedentes de la Sala y, además, tendría que ser fiscalizado.
“Lo que está prohibido es la utilización (de estos muñecos, directamente) por parte del partido político, mientras el Presidente de la República sea Presidente, y yo creo que eso hace mucha diferencia”.
De la Mata cuestionó como pretendía el INE controlar la producción de estos peluches si “en internet se dice que se producen incluso en China, es decir, están haciendo estos muñequitos, se están metiendo a barcos y están llegando a México”.
“¿Por qué tendría que controlarse la venta? ¿Estamos ante un producto ilícito? Y entonces vuelve nuevamente el tema. Es un producto lícito, ¿de verdad queremos que la autoridad electoral recomiende la presentación de demandas civiles a fin de vigilar la compra y venta de productos lícitos entre particulares?
“¿Estamos dispuestos a distraer de sus funciones a las autoridades municipales para que retiren a los particulares que comercian válidamente con utilitarios porque queremos fiscalizarlos? Pero, además estamos ante una circunstancia práctica, ¿cómo se va a evitar que esto se comercialice? Porque eso es en los hechos lo que se trataría de hacer. ¿Cómo? Y no encuentro una forma porque lo producen las personas y los venden las personas, no se trata de un producto prohibido”.
La magistrada Janine Otálora y el magistrado Reyes Rodríguez Mondragón no estuvieron de acuerdo, pues a pesar de que coincidían en que no eran válidas las formas que pedía el INE para deslindarse, sí había un beneficio para el partido al promover sus candidaturas a través de peluches.
“Los partidos políticos no pueden desvincularse de artículos que contengan su emblema, leyendas, frases, signos, representantes, candidaturas, particularmente cuando estos artículos se ofrecen en el marco de un evento partidista.
“Lo importante no radica en la circunstancia de si los vendedores son o no simpatizantes, lo trascendente consiste en determinar justamente si la utilización de los objetos adquiridos que contienen, reitero, o podrían contener emblemas o logos o colores de los partidos políticos, generan o no un beneficio para el partido político o para una candidatura”, explicó Otálora.
Sin embargo, con los votos del ponente Felipe Fuentes, del magistrado Felipe de la Mata Pizaña y de la magistrada presidenta Mónica Soto se aprobó revocar esta decisión del INE, validar la venta de peluches con figuras de personajes de Morena en las inmediaciones de sus mítines pero mantener la prohibición de usar la figura del presidente López Obrador como parte de la campaña.
También se aclaró que “si con motivo de casos concretos se advierten estrategias para simular actos de comercio a fin de distribuir de forma gratuita propaganda utilitaria”, eso sí tendrá que analizarse por separado.
Imagen portada: Javier Ríos | MILENIO
