Rodeado de playeras, sudaderas, guantes, tazas y otros productos con la palabra “Montreal” y cientos de pilas de souvenirs, Michel Hamod, dueño de una tienda de recuerdos en las inmediaciones de la catedral de Notre Dame, en Canadá, lamentó la decisión de la administración del primer ministro canadiense Justin Trudeau para volver a solicitar visa a mexicanos para ingresar a este país desde el 29 de febrero; publicó MILENIO.
Hamod, un ingeniero químico originario de Líbano que decidió retomar sus negocios como vendedor de recuerdos turísticos, ha empleado a alrededor de 100 mexicanos en sus tiendas durante los 25 años que tiene viviendo en Canadá. Incluso motivaba a otros nacionales a hacer lo mismo: invertir dos años de sus vidas en este país para mejorar su calidad de vida.
“Aquí se hace dinero en menos tiempo. Me parece buena idea que alguien venga aquí y gane en dos años lo que en su país ganaría en 10. No veo lo malo en venir y volver a tu país cuando tengas el suficiente capital para establecerte. O dedicar dos años de tu vida para conseguir los trámites de nacionalidad”, cuenta para MILENIO en español, que aprendió con sus empleados mexicanos.
El 28 de febrero, Ottawa anunció que reactivaría su programa de visas a mexicanos ante el recibimiento de 26 mil solicitudes de refugio en 2023, varias que este gobierno aceptó y mantuvo con cheques de alrededor de 400 dólares canadienses mensuales, en lo que los nacionales encontraban alguna fuente de ingreso.
Legisladores canadienses advirtieron que esta estrategia comprometía los recursos de la administración de Trudeau debido a una alza en entradas de mexicanos en este país y que, además de aumentar la demanda de programas para refugiados, también saturan los albergues dirigidos a esta población dejando a muchos nacionales y extranjeros en condición de calle.
Por su parte, Hamod desconoce que los apoyos y programas dedicados a personas que buscan refugio sea un problema para el gobierno al considerar la cantidad de impuestos que les es fiscalizada a negocios como el suyo, en el que ha llegado a pagar hasta mil 500 dólares canadienses cada mes por cada empleado extranjero que contrata.
Asimismo, teme que las ventas de su negocio caigan ante la pérdida de una gran cantidad de turistas mexicanos derivadas de esta política, como sucedía antes, cuando el primer ministro Justin Trudeau levantó la petición de visado a mexicanos.
Michel Hamod reconoce que varios mexicanos entran a este país o llegan y se transportan a Estados Unidos, “porque aquí casi no revisan”, para buscar una mejor calidad de vida sin necesariamente ser perseguidos políticos, como aseguran en sus solicitudes de refugio para no ser deportados de cualquiera de estos dos países; sin embargo, insiste que incluso se trata de una “inversión de vida”.
“Yo he empleado a muchachas jóvenes que vienen y se dedican a estudiar y trabajar; ganan 20 mil dólares en siete meses y sólo viven con cuatro mil. También salen y buscan novio, es su derecho, están en la edad de hacer lo que quieran.
“México es un país con mucha cultura y belleza en muchos sentidos, pero es injusto que la riqueza se quede en poder de muy pocos. Que una enfermera gane 160 mil pesos en dos años y que aquí puedas hacerlo en pocos meses. Yo entiendo por qué vienen”, continúa.
Embajada de México en Montreal, a la expectativa de la desinformación
Por su parte, la embajada de México en Montreal, dedicada únicamente a servicios ofrecidos por el gobierno federal de México, se ha limitado a replicar la información que los servicios de Inmigración y Refugiados en Canadá han compartido en español, francés e inglés para la ciudadanía.
El cónsul Hector Huerta Nava insiste que su tarea como representante de la cancillería mexicana en esta ciudad es compartir la información oficial para evitar un posible abuso de personas implicadas en fraudes y otro tipo de aprovechamiento de la confusión, pues cabe destacar que, aunque el programa de visado volvió a ser activado el 29 de febrero a las 11:00 horas de Ottawa, no se han especificado las sanciones o consecuencias de ingresar a Canadá sin este documento migratorio.
Imagen portada: Alan Amaury | MILENIO