La lucha de las mujeres por la igualdad, el reconocimiento y el ejercicio efectivo de sus derechos, también alcanza la industria musical; informa MILENIO.
Con su música y su voz, Vielka, de 18 años; Itzel, de 14; Maite, de 18; Diana, de 16 e Itzary, de 17, rompen barreras y empoderan a otras chicas a luchar por sus sueños.
«Para mí estar en el grupo es decirle a las demás mujeres, chavas, niñas que nada es imposible, que todo se puede. Mi instrumento es un instrumento que tocan únicamente hombres y el hecho de que yo lo esté tocando es que ustedes también pueden y nomas les digo échenle ganas». Vielka Martínez
«Chicas, no se rindan, lo más importante es la constancia, tengan disciplina, y que no se intimiden por nadie». Maite Fernández
Desde hace casi dos años viven un sueño por el que han trabajado y ponen en alto al género femenino, al ser parte de un grupo norteño que se formó en el municipio de Apodaca.
«Yo veía el teclado y era como que ay, voy a tocar música clásica, nunca me imaginé estar en un grupo como el que estoy ahorita, agradezco mucho estar aquí», dijo Itzary Navarro.¡
«No sabía que el género norteño llevaba teclado y poco a poco fui indagando en esa información y empecé a tocar los teclados en el grupo norteño», destacó.
Las chicas que conforman el Grupo ADN ya han pisado escenarios como la Arena Monterrey y han abierto conciertos para grandes artistas, entre Banda Ms, Pandora, Gloria Trevi y otros.
«Está muy padre porque son escenarios muy importantes que muchos artistas han pisado y estar ahí en ese escenario es muy bonito, no me imaginé llegar en tan poquito tiempo», mencionó Diana Marroquín.
«Primero yo empecé tocando la guitarra hace cinco años en las escuelas de música; hace aproximadamente como dos años me dijeron que si no quería tocar el bajo para un grupo que apenas va empezando y ocupaban bajista, y ya mis papás me compraron el bajo y me integraron al grupo», finalizó Itzel Pinal.
Aunque reconocieron que para las mujeres aún es una tarea pendiente, siguen luchando para que sus derechos sean respetados, tanto abajo como arriba del escenario.
Imagen portada: Especial | MILENIO
